Joe Biden y Kamala Harris se suman oficialmente a la carrera por la Casa Blanca. Así lo anunciaron en su video de inicio de campaña en las redes sociales, apuntando a ser reelegidos para un segundo mandato presidencial. En el video se lo observa a Joe Biden pidiéndole a la población norteamericana cuatro años más para terminar lo que empezó, eligiendo de slogan para su campaña la frase “Terminemos el Trabajo”. 

A partir de una análisis completo del video, la palabra central que utiliza el actual presidente norteamericano es «libertad«. Por un lado, menciona los logros alcanzados hasta el momento. Por el otro, habla de los «extremistas» que quieren quitar esas libertades con medidas como el recorte en materia de Seguridad Social o la prohibición del aborto.

A pesar de estos intentos por instalar una imagen favorable, Biden se encontrará con diversas dificultades para lograrlo. Las encuestas ya muestran una caída en la imagen positiva del presidente. Un estudio realizado por el Associates Press-NORC indica que solo un 26% de la población quiere ver a Biden presentarse nuevamente a la elección. El desencanto también se ve dentro del partido demócrata.

Estos números pueden ser adjudicados a diferentes razones. En lo que va de su periodo presidencial, Biden tuvo que enfrentarse a los efectos posteriores de la pandemia, la guerra en Ucrania y la retirada de su país de Afganistán; medidas por las cuales algunos votantes han decidido alejarse. 

Biden confía en que las medidas legislativas que promovió en los primeros años y su discurso por la libertad y la democracia le aseguren el apoyo para su candidatura. Sin embargo, diferentes encuestas a la población norteamericana muestran que esas no son las mayores preocupaciones de la sociedad civil. La cuestión de mayor importancia para los votantes es la economía, por lo que la inflación de estos últimos años puede perjudicarlo en su reelección. 

Su salud tampoco lo favoreció en estos últimos tiempos, siendo el presidente de mayor edad en la historia del país. Los medios estuvieron repletos de diferentes episodios donde Biden se olvida lo que debía decir, se desorienta en el lugar donde se encuentra o no logra alcanzar la coherencia en lo que dice. Todo esto pone en duda si el presidente cuenta con un estado de salud apto para poder continuar una presidencia. 

En este contexto, a modo de burla, el ex presidente ruso, Dmitri Medvedev, llamó al presidente de los Estado Unidos “abuelo desesperado”. En un momento donde la población busca un líder fuerte para afrontar los actuales desafíos, una imagen debilitada como esta no puede serle de beneficio. 

En las últimas elecciones presidenciales, una de sus mayores bases electorales eran los jóvenes. Esto ya no parece ser así. La razón principal se haya en el hecho de que no se cumplieron sus expectativas respecto a las políticas sociales o climáticas. 

Esto deja a Estados Unidos y al mundo a la espera del ganador. Los efectos impactan no solo a nivel local, sino también internacional. Por el momento, los dos grandes candidatos para estas elecciones se repiten: Joe Biden y Donald Trump, quien también anunció su candidatura un par de meses atrás. 

Sin embargo, todavía pueden surgir internas en el partido demócrata que presenten un nuevo desafío a Biden, aunque por ahora no se ve una figura lo suficientemente fuerte y asentada. Mientras tanto, en el partido Republicano podemos observar potenciales candidatos en la interna como Ron DeSantis o Asa Hutchinson. 

A pesar de las dificultades en la imagen electoral de Biden o las que puede llegar a tener el candidato republicano, se debe tener en cuenta que hay ciertos Estados que no se espera que cambien de posición respecto a su partido, sea cual sea su representante. Hay Estados azules (demócratas), como California o el Distrito de Columbia, y Estados rojos (republicanos), como Nebraska o Texas, que se mantienen fieles a su posición.

Una población dividida entre ambos partidos y en diferentes temáticas como el aborto, la inmigración y la portación libre de armas deja una elección incierta para el próximo año. Queda por ver cuál será la tendencia ganadora y qué estrategias conseguirán convencer a la población.