La drástica medida se tomó luego de que graves inundaciones devastaron la provincia de Chagang y la región del río Yalu, dejando un saldo de entre 4.000 y 5.ooo muertos y 15.000 desplazados.
Las inundaciones, que afectaron a Corea del Norte en las últimas semanas, se han descrito como una de las peores en la historia reciente del país. Según reportes, las fuertes lluvias provocaron desbordamientos de ríos y deslizamientos de tierra, destruyendo hogares, infraestructuras y tierras de cultivo. La situación ha dejado al país, ya de por sí afectado por una severa crisis económica y alimentaria, en una situación aún más precaria.
Sin embargo, la respuesta del régimen norcoreano a la catástrofe ha sido, como en otras ocasiones, de mano dura. El dictador Kim Jong-un, conocido por su estilo autoritario y represivo, ordenó la ejecución de 30 funcionarios acusados de negligencia en la gestión de la emergencia. De acuerdo con las fuentes, estos funcionarios habrían fallado en su deber de implementar medidas preventivas y de respuesta ante el desastre.
Las ejecuciones son vistas por analistas como una muestra más del control férreo que Kim mantiene sobre su gobierno y la población. Aunque la comunidad internacional condena repetidamente las violaciones de derechos humanos en Corea del Norte, el régimen sigue operando bajo un manto de secretismo y represión.
La comunidad internacional expresó su preocupación tanto por la catástrofe humanitaria que enfrentan los norcoreanos como por las medidas extremas tomadas por su gobierno. Organizaciones de derechos humanos denunciaron las ejecuciones como una flagrante violación del derecho a la vida y pidieron una respuesta más contundente por parte de la comunidad internacional.
Mientras tanto, las agencias de ayuda humanitaria enfrentan serias dificultades para acceder al país y brindar asistencia a los afectados. La opacidad del régimen y su reticencia a permitir la entrada de ayuda internacional complican aún más la situación. Además, Kim Jong-un negó las afirmaciones de que miles de personas habían fallecido, desestimando los informes realizados por medios surcoreanos.