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La carrera por los elementos de tierras raras en África

Los elementos de tierras raras son metales imprescindibles para la fabricación de la más moderna tecnología, y China controla la mayor parte de la extracción y procesamiento de estos valiosos recursos.

Publicado el 8 de agosto de 2023 por Tobías Yapur Alí
La carrera por los elementos de tierras raras en África

Los elementos de tierras raras (ETR) constituyen 17 diferentes metales, como el litio y el cobalto, altamente demandados para la producción de una amplia variedad de productos tecnológicos, entre los cuales encontramos desde teléfonos celulares, imanes, baterías de auto, paneles solares hasta sistemas de misiles guiados y semiconductores.

Actualmente, la demanda de los ETR ha estado creciendo en números significativos. En 2021, por ejemplo, su demanda anual fue de 125.000 toneladas métricas, pero se espera que, para 2030, la misma se eleve hasta 315.000 toneladas. Adicionalmente, según datos de Adamas Intelligence, el consumo global de estos metales en 2022 fue de 15,1 mil millones de dólares, pero se proyecta un aumento de hasta 46,2 mil millones para 2035.

China ha estado desarrollando esta industria desde mediados de 1980, convirtiéndose en un pionero en el campo de los elementos de tierras raras. Por ello, el gigante asiático se ha posicionado como el principal extractor a nivel mundial, abarcando el 60,6% de la producción, seguido por Estados Unidos, que tan solo representa el 15,5% de la producción. Además, China cuenta con la capacidad de procesamiento del 85% de estos metales, lo cual le permite controlar el mercado global de los mismos. 

Como respuesta a ello, Estados Unidos y sus aliados occidentales, como Inglaterra, Canadá y Australia, han buscado reducir su dependencia con el gigante asiático, temiendo que China utilice su dominio del recurso como herramienta de presión en futuros conflictos, algo que ya ha hecho, por ejemplo, cuando frenó las exportaciones de los metales por dos meses a Japón durante 2010 debido a una disputa pesquera

Para ello, el bloque occidental espera encontrar su independencia de China, principalmente, mediante proyectos en África, además de la inversión en proyectos de exploración en sus propios países y plantas de procesamiento.

La baja producción de ETR en África es causada, fundamentalmente, por el bajo presupuesto destinado a proyectos de exploración y explotación de estos metales. Tanto es así que el presupuesto de explotación en la región subsahariana el segundo más bajo del mundo y equivale solo a la mitad que el de Latinoamérica. Sin embargo, países como Angola, Namibia, Sudáfrica y la República Democrática del Congo (RDC) cuentan con grandes reservas de ETR.

En este contexto, empresas occidentales de la industria de estos elementos se están apresurando en la firma de acuerdos de explotación con países africanos. Es el caso, por ejemplo, de la empresa canadiense Mkango Resources en Malawi, la compañía australiana Bannerman Energy en Namibia y la empresa británica Pensana Rare Earth con su subsidiaria en Angola, la cual recibió un permiso de explotación por 35 años.

No obstante, cabe recordarse que Occidente ha ingresado tarde a esta carreraChina, desde comienzos de los años 2000, es el principal acreedor de la deuda africana, lo que le ha permitido ejercer su influencia en el continente para obtener provechoso contratos de extracción de este tipo de recursos. Un ejemplo de ello es el acuerdo valuado en 6,2 mil millones de dólares con la RDC, el cual hace que China pueda hacerse con una gran parte del cobalto presente en la nación africana.

No obstante, la influencia China en el continente no es el único obstáculo para las naciones occidentales. La extracción de ETR requiere personal capacitado y maquinaria compleja, además de que, dado que el proceso de extracción supone la emanación de una leve carga radiactiva, los trabajadores corren severos riesgos de padecer cáncer en el futuro.

La dependencia China de las naciones occidentales con respecto a la extracción y procesamiento de los ETR es una de las principales preocupaciones de Estados Unidos y sus aliados. En un mundo cada vez más tenso y tendiente al multipolarismo, la independencia en sectores estratégicos se convierte en una necesidad para la seguridad nacional. En este sentido, la liberación de la dependencia china y el giro hacia las inversiones en África, a su vez, puede ser una gran oportunidad para que los países africanos enfrenten efectivamente sus críticas situaciones socioeconómicas internas.

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