El gobierno norteamericano planea invertir 13 mil millones de dólares con el fin de proceder a la construcción de barcos rompehielos. No obstante, parece tener complicaciones para llevar a cabo dicho plan. Hasta hace unos días, Estados Unidos contaba con dos barcos rompehielos a su disposición, hasta que se anunció que uno de ellos ya cumplió su vida útil.
Se esperaba la terminación de un nuevo barco rompehielos para el año 2024, pero la fecha estimada dio un salto abrupto. La nueva fecha de terminación se estima en el año 2028, debido a que diseñadores e ingenieros no han sido capaces de manejar algo que Estados Unidos no ha hecho por décadas; a saber, cortar acero de casi 3 centímetros de ancho para convertirlo en un casco de barco curvo y reforzado.
Este asunto tiene preocupado al gobierno con sede en Washington D.C., ya que mientras que Estados Unidos no inaugura un nuevo barco rompehielos desde 1976, Rusia cuenta con una flota de 36 barcos, y China con una de 4.
Si bien esta problemática comenzó a adquirir importancia real en la agenda norteamericana hace relativamente poco tiempo, hace décadas que se hacen advertencias basadas en estudios para tratar el asunto. La guardia costera estadounidense, que está a cargo de la región Antártica, ha demandado en reiteradas ocasiones la entrega de más barcos rompehielos para llevar a cabo sus misiones.
Esto no solo representa un desafío económico, sino que encontrar la mano de obra adecuada para este trabajo ha resultado un asunto complicado, sobre todo debido a que se necesitan trabajadores de calidad en el rubro en cuestión, los cuales escasean. Así lo confirmó Bob Merchent, exdirector Ejecutivo de VT Halter Marine, hasta la adquisición de Bollinger Shipyards, cuando sentenció que «uno de los desafíos es el personal: encontrar soldadores calificados«.
La naturaleza de este problema va más allá de la mera competencia con Rusia y con China. Estados Unidos es un país con proyección hacia el Ártico, ya que posee recursos y territorios en el círculo Ártico. Sin la presencia de barcos rompehielos, resulta muy complicado y peligroso navegar estas aguas, imposibilitando a los trabajadores llevar a cabo sus investigaciones, y a la guardia costera seguir patrullando los alrededores.
Ahora, este problema desencadena una serie de dudas tanto para el gobierno norteamericano como para el resto de los Estados: estamos acostumbrados a hablar de Estados Unidos como un país abundante en capital financiero, humano, tecnológico, etc.; ahora bien, ¿por qué es que la Rusia “pobre y patética” cuenta con 36 barcos rompehielos cuando Estados Unidos no puede ni construir uno?
¿Está Estados Unidos en un declive?