El martes 19 de marzo, el Atlantic Council organizó una exposición con la General Laura J. Richardson, comandante del Comando Sur de los Estados Unidos, sobre el futuro de la asociación de seguridad de Estados Unidos con América Latina y el Caribe.
El Atlantic Council es un think tank estadounidense en el campo de las relaciones internacionales, fundado en 1961. Gestiona dieciséis centros regionales y programas funcionales relacionados con la seguridad internacional y la prosperidad económica global.
El Atlantic Council fue fundado con la misión declarada de fomentar la continuación de la cooperación entre América del Norte y Europa que comenzó después de la Segunda Guerra Mundial. En sus primeros años, su trabajo consistía principalmente en publicar documentos de política y realizar encuestas a europeos y estadounidenses sobre sus actitudes hacia la cooperación transatlántica e internacional. En estos primeros años, su enfoque principal estaba en cuestiones económicas, principalmente fomentando el libre comercio entre los dos continentes, y en menor medida hacia el resto del mundo, pero también trabajó en temas políticos y ambientales.
Durante la entrevista, se le preguntó a Richardson sobre su relación con Argentina. Se hizo referencia a la plataforma de observación y vigilancia operada por las autoridades militares del gobierno de Beijing, ubicada en Bajada del Agrio, Neuquén.
Richardson destacó que, con el nuevo gobierno, la relación entre Argentina y Estados Unidos se ha visto muy fortalecida. Desde que asumió la actual administración, la colaboración y coordinación han sido muy intensas. Por lo tanto, la comandante espera seguir fortaleciendo la colaboración entre el equipo de Estados Unidos y el equipo de Argentina.
La presencia de la instalación china en la Patagonia es motivo de seria preocupación para Estados Unidos, que ha expresado previamente sus inquietudes sobre los riesgos asociados con una base que no está sujeta a la supervisión de funcionarios argentinos.
Este aspecto fue uno de los requisitos aceptados por el gobierno argentino al firmar el acuerdo de 50 años con China, el cual permite a China monitorear el espacio desde la mencionada plataforma espacial ubicada en el país sudamericano.
Richardson concluyó este tema reafirmando que serán las autoridades argentinas las responsables de determinar si la base espacial permanece en su territorio. “Argentina tomará la decisión sobre la permanencia de la base y los pasos a seguir. Por lo tanto, les dejaremos a ellos la responsabilidad de decidir, como se acordó inicialmente”, afirmó.
Por otro lado, Richardson mencionó que Estados Unidos considera la posibilidad de enviar fuerzas militares a Haití como parte de una “solución internacional” para abordar la crisis en el país. La comandante afirmó que están preparados para actuar si el Departamento de Estado y el Departamento de Defensa lo solicitan.
Aunque actualmente no hay planes para desplegar tropas en tierra, SOUTHCOM, el Comando Sur de los Estados Unidos, tiene diversos planes de contingencia, como la preparación de su estación naval en la Bahía de Guantánamo para gestionar una posible migración masiva desde Haití. El objetivo es actuar de manera humanitaria y adecuada para proteger a las poblaciones afectadas. Richardson destacó la importancia de mantener estos planes actualizados a medida que la situación en Haití evoluciona.
Además, mencionó la colaboración del Departamento de Estado de EE. UU. con la Comunidad del Caribe y líderes haitianos para establecer un consejo presidencial de transición, que facilitará la selección de un primer ministro interino y la posible implementación de una fuerza internacional liderada por Kenia para restaurar la seguridad en el país.
El mes pasado, imágenes satelitales mostraron que el ejército venezolano fortaleció su presencia cerca de la frontera con Guyana. Richardson reiteró el apoyo de Estados Unidos a Guyana, afirmando que el país continúa “todas nuestras actividades, operaciones, actividades e inversiones” con Guyana y que es importante que sus aliados se unan y “muestren un fuerte apoyo a Guyana en esta situación”.
Con Ecuador ahora en estado de emergencia después de una escalada de violencia entre el gobierno y grupos criminales, Richardson dijo que Estados Unidos ha “redoblado” sus operaciones y actividades allí y ha entregado equipo de seguridad de emergencia, como recientemente donó un avión de transporte militar C-130 que está en camino. “Mientras enfrentan esos desafíos difíciles en seguridad e inestabilidad, tenemos que seguir con nuestra inversión económica”, dijo.
Richardson mencionó la creciente influencia de China en el Canal de Panamá, y los informes del año pasado que señalaban que China está mejorando sus capacidades de espionaje en Cuba. “Lo que está sucediendo en América Latina y el Caribe no es nuevo”, dijo Richardson. “No es nuevo para el mundo, y no es nuevo para [China]… su visión y estrategia”.
Argumentó que China ha observado los vastos recursos disponibles en América Latina y el Caribe, así como la relativa vulnerabilidad de los países allí, que todavía están “saliendo” del impacto económico del COVID-19 y la “inseguridad e inestabilidad” creadas por el crimen organizado. “No hay un país que esté siendo excluido de todos los desafíos de las organizaciones criminales transnacionales”.
Richardson señaló que cuando China hace acuerdos con países en América Latina y el Caribe, como dentro de la Iniciativa del Cinturón y Ruta de la Seda, a menudo son “una mano lava la otra” y van acompañados de demandas como no reconocer a Taiwán. “Siempre hay un anzuelo”, dijo.