En la antesala de las conversaciones entre Estados Unidos y Ucrania en Arabia Saudita, las fuerzas rusas lograron avances en Kursk, al oeste de Rusia, región que Kiev ha intentado utilizar como moneda de cambio en el conflicto. De este modo, los intensos combates que tuvieron lugar en los últimos días parecen amenazar una de las pocas cartas de Zelensky al momento de negociar.

En una reciente operación militar, fuerzas especiales rusas utilizaron un gasoducto en desuso para infiltrarse en la retaguardia de las tropas ucranianas en la región de Kursk. Según informes, los soldados rusos recorrieron aproximadamente 15 kilómetros dentro del gasoducto, permaneciendo ocultos durante varios días antes de lanzar el ataque sorpresa cerca de la ciudad de Sudzha.

Para llevar a cabo la operación, primero se detuvieron las bombas de presión y se extrajo el gas residual que había en el gasoducto para luego bombear oxígeno al interior de la tubería y así permitir que los soldados pudiesen respirar. Posteriormente, mineros excavaron espacios dentro del gasoducto que sirvieron como áreas de reunión, equipándolas con instalaciones básicas como baños. Estas áreas fueron abastecidas con agua, alimentos y municiones.

Luego de adecuar las tuberías, un contingente de aproximadamente 800 soldados rusos se desplazó a través del gasoducto hasta las áreas de reunión, y una vez allí, las tropas aguardaron durante un período de cuatro días en secciones próximas a las salidas. Finalmente, al recibir la señal, los soldados emergieron rápidamente, tomando por sorpresa a las tropas ucranianas en la zona industrial de Sudzha.

La inesperada presencia de fuerzas rusas en la retaguardia de los ucranianos generó confusión y reacomodos en las líneas defensivas, lo que le permitió a las tropas de Moscú tomar el control de varios puntos en la región de Kursk. Según el Ministerio de Defensa de Rusia, sus tropas consiguieron tomar los asentamientos de Agronom, Bogdanovka, Bondarevka, Dmitryukov, Zazulevka, Ivashkovsky, Kolmakov, Kubatkin, Martynovka, Mikhaylovka, Pravda y Yuzhny. Los preparativos de la operación habrían tomado aproximadamente unas tres semanas.

Un detalle adicional fue el uso de brazaletes de colores entre los soldados rusos para dificultar la identificación por parte de las fuerzas ucranianas. Las primeras 400 tropas utilizaron brazaletes azules, color comúnmente asociado al ejército ucraniano, mientras que las siguientes 400 llevaron brazaletes rojos.