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La derecha francesa obtiene una importante victoria mientras el partido de Macron es desplazado al tercer lugar

El partido antiinmigración de Le Pen obtuvo 33% de los votos en las elecciones legislativas anticipadas y podría alcanzar la mayoría absoluta en la siguiente ronda de votaciones planeada para el próximo domingo.

Publicado el 1 de julio de 2024 por Augusto Loza
La derecha francesa obtiene una importante victoria mientras el partido de Macron es desplazado al tercer lugar

En una jornada electoral histórica, el partido de derecha de Marine Le Pen, Agrupación Nacional (RN, por las siglas en francés de Rassemblement National) ha logrado un sorprendente triunfo en la primera ronda de las elecciones legislativas en Francia.

El RN obtuvo un 33.2% de los votos, superando a la coalición de izquierda Nuevo Frente Popular (NFP), que obtuvo un 28.1% y relegando al partido del presidente Emmanuel Macron, Ensemble, al tercer lugar con solo un 21%. Los conservadores de Les Republicaines consiguieron menos del 10%.

Tres semanas después de imponerse a sus rivales en las elecciones al Parlamento Europeo, de baja participación, la Agrupación Nacional confirmó su condición de primera fuerza política en Francia en la primera vuelta de las elecciones legislativas marcadas por la mayor participación electoral en tres décadas, superior al 65%.

En las ultimas elecciones legislativas en 2022, el partido de Le Pen habia salido tercero con el 18% de los votos mientras que la coalición de Macron obtuvo 26%.

Los resultados preliminares indican que el RN podría obtener entre 230 y 280 escaños en la Asamblea Nacional, todavía no queda claro si podrá alcanzar la mayoría absoluta de 289 bancas. Esto representa un aumento significativo respecto a los 88 escaños que tenían en el parlamento anterior. La coalición de izquierda NFP se proyecta con entre 125 y 165 asientos, mientras que Ensemble podría obtener entre 70 y 100 escaños, una disminución drástica comparada con su anterior mayoría.

Estas predicciones son algo complicadas debido al sistema de doble vuelta francés. En estas elecciones se eligen a los 577 diputados de la Asamblea Nacional, la cámara baja del Paralemento francés, que ocuparán sus cargos durante 5 años (o menos, si el presidente disuelve la Asamblea, como ocurrió en este caso). Para elegirlos, el país se divide en 577 circunscripciones y en cada una se elige un diputado.

 Para que un candidato gane en su circunscripción en la primera vuelta tiene que sacar más del 50% de los votos. Si ningún candidato lo logra, la elección va a una segunda vuelta en la que compiten los dos que más votos hayan sacado en la primera y todos los demás candidatos que hayan sacado una votación correspondiente al 12,5% o más del padrón en la circunscripción.

Marine Le Pen, en un discurso a sus seguidores en su circunscripción de Henin-Beaumont, donde ganó con más de la mitad de los votos, instó a los votantes a consolidar su victoria en la segunda ronda. “La democracia ha hablado y el pueblo francés ha puesto al Rassemblement National en primer lugar”, declaró Le Pen.

Por su parte, Jordan Bardella, líder del RN y potencial primer ministro, enfatizó la importancia de la segunda vuelta: “La votación del próximo domingo es una de las más decisivas en toda la historia de la Quinta República”.

Desde el otro lado del espectro político, Jean-Luc Mélenchon, líder del NFP, llamó a sus candidatos a retirarse en las circunscripciones donde no alcanzaron el segundo lugar para evitar la división del voto anti-Le Pen. “Ningún voto más, ningún escaño más para el Rassemblement National”, afirmó Mélenchon.

No está claro si el voto táctico puede impedir que la RN obtenga la mayoría. En la votación del domingo, la RN obtuvo apoyos en lugares impensables hasta hace poco. En la circunscripción 20 del departamento del Norte, un corazón industrial, el líder del Partido Comunista, Fabien Roussel, fue derrotado en la primera vuelta por un candidato de RN sin experiencia política previa. Esta banca estaba en manos de los comunistas desde 1962.

Muchos votantes franceses luchan contra la inflación, los bajos ingresos y la sensación de que la globalización les está dejando atrás. El partido de Le Pen, que culpa a la inmigración de muchos de los problemas de Francia, ha aprovechado esa frustración de los votantes y ha creado una red de apoyo a escala nacional, sobre todo en pequeñas ciudades y comunidades agrícolas que consideran que Macron y la clase política de París están fuera de contacto con la realidad del ciudadano común.

De cara a la segunda ronda de votación el próximo 7 de julio, se anticipa una semana de intensas negociaciones políticas. Si el RN no logra la mayoría absoluta, es posible que Francia enfrente un parlamento en el que ninguna coalición es capaz de reunir una mayoría, llevando el estancamiento legislativo de la segunda economía más grande de la Unión Europea y su principal potencia militar.

En caso de que RN obtenga la mayoría en la Asamblea Nacional el próximo domingo, se esperará que Macron nombre primer ministro a Jordan Bardella, de 28 años, el joven que ha aparecido como nueva cara del partido liderado por la tres veces candidata a presidente Marine Le Pen. Esto daría como resultado un incómodo sistema de reparto del poder, conocido como “cohabitación”, en el que el sistema semipresidencialista francés tendría un presidente y un primer ministro de partidos diferentes, algo que le debilitaría tanto en el plano doméstico como en la escena internacional.

Bardella ha sido crítico del suministro occidental de armas a Ucrania y del derecho a la ciudadanía de los hijos de inmigrantes nacidos en Francia. En una de sus ultimas declaraciones manifestó que utilizaría su posición como primer ministro para frenar él envió de armas de largo alcance francesas a Ucrania.

El primer ministro es responsable ante el Parlamento, dirige el Gobierno y presenta los proyectos de ley. Durante la cohabitación, el presidente se ve debilitado en el ámbito interno, pero sigue teniendo algunos poderes en política exterior, asuntos europeos y defensa, ya que es el encargado de negociar y ratificar los tratados internacionales. El presidente es también el comandante en jefe de las fuerzas armadas del país, y es quien posee los códigos nucleares.

La República moderna de Francia ha experimentado tres cohabitaciones, la última tuvo al presidente conservador Jacques Chirac junto al primer ministro socialista Lionel Jospin de 1997 a 2002.

Es interesante trazar un paralelo con la política francesa de aquella época. Este último periodo de cohabitación finalizó luego de las elecciones presidenciales de 2002 en el que los socialistas de Jospin apoyaron a Jacques Chirac, de centroderecha, para vencer a Jean-Marie Le Pen el padre de Marine y líder durante décadas del partido de ultraderecha Frente Nacional.

Al disolver la Asamblea, el flexible centrista Macron apuntó a una coalición de este tipo y enmarcó la campaña como un enfrentamiento final entre su bando “progresista” y las fuerzas “populistas” rivales. La estrategia ya había funcionado antes, cuando los votantes le apoyaron en dos ocasiones -muchos a regañadientes- para derrotar a Le Pen en las segundas vueltas presidenciales, en 2017 y 2022.  

Pero en lugar de jugar a su favor, la “clarificación” que invocó al disolver la Asamblea Nacional se ha traducido en un resurgimiento de la división izquierda-derecha que creía haber desterrado hace años.  El presidente francés también subestimó hasta qué punto su propio capital político se ha evaporado tras siete años en el poder y multitud de crisis como la originada por el aumento de la edad jubilatoria o la reciente reforma inmigratoria, que le hicieron perder apoyos tanto en la centroderecha como en la centroizquierda.

Los propios aliados de Macron rogaron al presidente que se mantuviera en un segundo plano durante la campaña. Muchos de sus candidatos pidieron no tener la foto del presidente en sus carteles de campaña, prefiriendo aparecer junto a su primer ministro, Gabriel Attal.  

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