Según información exclusiva del portal Reuters, el gigante ruso Novatek habría ofrecido a la Argentina el año pasado soporte tecnológico para la construcción de una planta de producción de gas natural licuado (GNL) en Vaca Muerta.
Vaca Muerta es una región geográfica que se extiende por 30.000 kilómetros cuadrados (km2) ubicada en el sur de Argentina. Allí se encuentran fuentes de gas y petróleo no convencional, ya que están presentes dentro de material rocoso, razón por la cual su tratamiento es más complejo que el de extracción de gas y petróleo convencional. Para ser más específicos, según fuentes oficiales, los recursos de gas son los segundos más grandes del mundo y, de petróleo, los cuartos.
La fuente de alto nivel familiarizada con la propuesta, planteó que Novatek informó a la Argentina del desarrollo de una “infraestructura única para la construcción de plantas de GNL basada en estructuras de bases de gravedad de concreto (GBS)”. Así, invirtiendo con tecnología de punta, este proyecto le permitiría a la Argentina comenzar a producir GNL y, por ende, suplir el déficit energético que el país tiene actualmente y dejar de importar energía.
Según este medio, las negociaciones están paralizadas desde el ofrecimiento. Por lo tanto, desde la Secretaría de Energía han dicho que “no hay negociaciones con Novatek”; mientras que, de parte de la empresa rusa, no ha habido respuesta a las consultas.
Lo destacable de la noticia es que el ofrecimiento ruso parece demostrar que éste ha logrado su propia tecnología de producción de GNL a gran escala. Cabe recordar que, antes del conflicto en Ucrania, se creía que esa tecnología era “exclusivamente proporcionada por empresas occidentales”. Además, este acercamiento a la Argentina demuestra las intenciones del gobierno ruso de virar hacia otras regiones frente al alejamiento que Europa está promoviendo debido al conflicto en Ucrania.
Las estructuras presuntamente ofrecidas se utilizarán en la planta Arctic LNG 2 de Novatek en Rusia, que tiene previsto comenzar su producción de GNL a finales de este año. Según la fuente, la empresa rusa “afirmó en su oferta a Argentina que la tecnología permite la construcción de un tren de GNL con una capacidad de producción de 7 millones de toneladas al año en un plazo de 2,5 a 3 años”.
A pesar de que todavía resta que alguna fuente oficial confirme el ofrecimiento ruso, es un hecho que el orden internacional está cambiando y que la diversificación de vínculos es una tendencia global y regional. Sin embargo, en esta delicada coyuntura que atraviesa Rusia, enfrentando sanciones y un desacople de las economías occidentales, una inversión de esta índole, en un sector estratégico y con potencialidades para el futuro, podría tener repercusiones negativas, fundamentalmente en la relación con Estados Unidos y Occidente.