Este martes la Guardia Costera de Taiwán interceptó y abordó el carguero Hong Tai 58, de bandera togolesa y tripulación china, luego de encontrarlo dañando un cable submarino de telecomunicaciones cerca de las Islas Penghu, en el Estrecho de Taiwán. El barco había estado anclado en la zona desde el sábado y, pese a múltiples intentos de contacto, no respondió a las señales de las autoridades. Taipei asegura que el buque está vinculado a China, a pesar de no portar la bandera, y que ha detectado numerosas embarcaciones chinas que enarbolan «banderas de conveniencia» de otros países.

Mientras tanto, el gobierno chino dijo este miércoles que Taiwán exagera la situación, forzando la presunta implicación de Beijing en el corte del cable. Según las declaraciones del portavoz de la Oficina de Asuntos de Taiwán de China, se trata de un accidente marítimo normal que ocurre bastante seguido. «Aunque los hechos básicos y los responsables del accidente aún no se han aclarado, las autoridades del Partido Progresista Democrático han exagerado deliberadamente la situación en un intento de manipulación política, que no gozará de apoyo popular» sostuvo Zhu Fenglian, acusando a Taiwán de sacar conclusiones apresuradas. Por su parte, el gobierno de Taipei ordenó a la Marina y la Guardia Costera aumentar sus esfuerzos para proteger los enlaces submarinos, y compara este tipo de episodios con los actos de sabotaje perpetrados por barcos rusos en el Mar báltico.

En paralelo a este ida y vuelta, el Ministerio de Defensa de la isla informó esta mañana que fueron detectadas más de 30 aeronaves chinas realizando maniobras militares conjuntas con buques de la Armada del EPL en el área del Estrecho de Taiwán. Según Taipei, se trata de una violación de la costumbre internacional al delimitar un área de ejercicios a 40 millas náuticas de la costa, sin previo aviso. Por el momento Beijing no ha anunciado ejercicios.