El periódico israelí ‘’The Jewish Chronicles’’ público los detalles detrás del operativo israelí para llevar a cabo el asesinato del líder político de Hamas, Ismail Haniyeh, mientras estaba de visita en la capital iraní de Teherán.
Aunque universalmente se le atribuyo la muerte de Haniyeh a Israel, es preciso mencionar que Israel no negó ni confirmó su participación en el asesinato.
Ismail Haniyeh, el entonces líder del ala política de Hamas, viajó a Teherán el 30 de julio para asistir a la ceremonia de ascenso presidencial del recientemente electo Pezehkian.
La Mossad, que cuenta con numerosos contactos y espías activos en Irán, logró contratar a dos miembros de la Guardia Revolucionaria Iraní de la unidad de Ansar al-Mahdi. Precisamente la misma organización encargada de la seguridad del edificio y sus huéspedes.
De esta manera, luego de confirmar la habitación en la cual Haniyeh se hospedaría. Los infiltrados lograron instalar una pequeña bomba de 7×14 cm a las 4:23 PM, horas antes de la llegada de Haniyeh.
El 30 de julio Haniyeh llegó al edificio. Durante la noche se reunió con otros invitados para luego retirarse a descansar. Un agente de la Mossad trepado en un árbol identificó a Haniyeh entrando a su habitación y despidiéndose de su guardaespaldas. A la 1:37 de la madrugada Haniyeh apagó las luces, 10 segundos después, los agentes de la Mossad detonaron el explosivo asesinado a Haniyeh en el acto, quien fue la única víctima del atentado.
3 minutos luego de la explosión, se observa en las cámaras de seguridad como los colaboradores escapan del edificio sin tener ninguna resistencia del personal de seguridad, para luego subirse a un auto negro y huir. Los informantes aseguran que la Mossad los extrajo de Irán para llevarlos a un país del norte de Europa y pagarles una suma de 6 cifras en dólares.
La versión del régimen iraní sostiene que Haniyeh fue impactado por un misil de corta distancia lanzado desde un edificio cercano. Es posible que se sostiene esta hipótesis para disfrazar el fallo de garantizar la seguridad de un líder de tal magnitud.
Luego del asesinato, el régimen iraní arrestó a 28 oficiales además del personal de seguridad del edificio. Los dos colaboradores permanecen prófugos.