Radar Austral

La industria militar de Estados Unidos tiene dificultades en hacer frente a la demanda militar

Un reciente avance de la Estrategia Industrial de Defensa de Estados Unidos advirtió sobre la incapacidad de producir la cantidad de armamento necesario para una guerra moderna

Publicado el 9 de diciembre de 2023 por Ryan Leif Hillblad
La industria militar de Estados Unidos tiene dificultades en hacer frente a la demanda militar

A comienzos de diciembre, el director de adquisiciones del Pentágono, William LaPlante, anunció la pronta publicación de la primera Estrategia Industrial de Defensa de Estados Unidos. Resumiendo los contenidos del documento, el funcionario aseguró que la industria armamentística estadounidense “no posee la capacidad, capacidad de respuesta o resiliencia necesarias para satisfacer toda la gama de necesidades de producción militar a velocidad y escala”.

Desde el comienzo de la guerra en Ucrania, se ha hecho evidente en los corredores del establishment estadounidense la grave falta de insumos y capacidad de reposición de armamentos de las Fuerzas Armadas estadounidenses. A comienzos de 2023, el general Mark Milley, el entonces comandante en Jefe del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, afirmó que el país está muy lejos de contar con las reservas de municiones necesarias para poder enfrentar una guerra moderna

Los envíos de grandes cantidades de sistemas de armas y municiones a Ucrania e Israel no solo han disminuido las reservas disponibles para las propias fuerzas de Estados Unidos, si no, más importante aún, han mostrado la incapacidad de las industrial del sector privado de producir el equipamiento necesario a la velocidad que un conflicto necesitaría.

El documento de Política Industrial para la Defensa que está preparando el Pentágono señala que las grandes consolidaciones corporativas ocurridas en la industria armamentística en Estados Unidos, una vez concluida la Guerra Fría, han limitado la cantidad de productores y fábricas disponibles. La concentración fue tan extrema que, de unas 90 empresas productoras de armas en los años 1990, hoy quedan tan solo 5.

El creciente oligopolio ha aumentado exponencialmente los costos para el Pentágono frente a una reducción de la competencia entre posibles oferentes, a la vez, ha generado cortes en las cadenas logísticas al desaparecer pequeños productores que fueron reemplazados muchas veces por proveedores extranjeros. De los 13 proveedores de misiles tácticos que existían hace 30 años, hoy tan solo quedan 3. 

En contraste, adversarios sistémicos para Estados Unidos como China, han pasado las últimas décadas construyendo una sólida y productiva base industrial de Defensa. Para mencionar solo un ejemplo, recientemente un informe filtrado de la Marina estadounidense estimó que Beijing posee 232 veces más capacidad de producción naval militar que la industria estadounidense. Si bien todos los expertos militares coinciden en que los productos militares de Estados Unidos son los mejores del mundo en cuanto a calidad y efectividad, como el caza F-35, el sistema antimisiles Patriot o el lanzacohetes HIMARS, no poseen hoy la velocidad de producción que un conflicto contemporáneo necesitaría.

William LaPlante aseguró en su resumen que el Pentágono va a generar una política de previsibilidad en sus adquisiciones militares, lo cuál generaría los incentivos que el sector privado necesita para llevar a cabo grandes líneas de producción e invertir en investigación y desarrollo. A su vez, aseguró que se trabajará para impulsar el desarrollo y contratación de productores más pequeños, buscando mejorar cadenas logísticas y aumentar la competencia.

Frente a la posibilidad de que Estados Unidos deba librar una guerra, o asistir en la defensa de Taiwán en la próxima década, la capacidad industrial de defensa es central. Aún en el mejor escenario en donde no ocurriera un conflicto (la reciente mejora en las relaciones entre ambos países es muy positiva), la capacidad de generar una disuasión real no solo descansa sobre las armas nucleares de Estados Unidos, sino sobre su armamento convencional. Para mantener su lugar como principal potencia militar, Washington debe no solo generar las condiciones para un aumento de su producción doméstica, sino también generar acuerdos y apoyarse en su vasta red de aliados para construir un entramado de defensa común.

Compartí tu opinión