Tal como en el TEG, la geopolítica mundial tiene al dominio de territorio, ya sea directamente o mediante alianzas, como protagonista. En la disputa entre Estados Unidos y China esto no es la excepción, teniendo a las dos potencias en búsqueda de aliados para incrementar fortalecer su influencia global.
Una de áreas más críticas en este juego geopolítico es la del Indo-Pacífico. En ella se encuentra más de la mitad de la población mundial, 3 de los 5 países con mayor PBI, y diversos conflictos que marcarán las próximas décadas, como es el caso de la tensión entre China y Taiwán, o entre Corea del Sur y Corea del Norte.
Debido a esto, el control y las alianzas que puedan tejer tanto Estados Unidos como China en esta región es vital para su posición en la disputa en curso. Ambos países buscan la ganancia de reconocimiento, alianzas económicas y estratégicas con los países presentes en el Indo-Pacífico.
Por estos motivos, cobran especial relevancia las palabras de Jedidiah Royal, encargado del Pentágono para la política del Indo-Pacífico: “Ya estamos llegando tarde en esto”. Esto es referido a la tardanza en el congreso estadounidense para aprobar un apoyo de 7.000 millones de dólares en 20 años en una serie de acuerdos titulados The Compacts of Free Association (COFA).
Bajo estos acuerdos, Estados Unidos proveería ayuda y otros servicios a tres Estados de la región: Palaos, Micronesia y las Islas Marshall. Esto sería a cambio de brindar al país americano acceso militar exclusivo en sus territorios que, cabe destacar, tienen una superficie marítima mayor que la de Estados Unidos.
Mientras el Congreso debate sobre este asunto, dos de las tres islas han visto expirar sus tratados, vinculándose actualmente a los proyectos de ley de gasto temporal que mantienen operativo al gobierno de Estados Unidos desde finales del año pasado. El acuerdo con Palaos terminaría a fin de este año, pero la situación es incierta debido a que el Gobierno enfrenta un déficit presupuestario.
Por este motivo, un grupo de 48 congresistas firmaron una carta para incluir a los acuerdos de COFA en la próxima sesión disponible, diciendo que el fracaso en esta tarea sería “el regalo más auto-destructivo que los Estados Unidos le podrían dar a la República Popular China en el Pacífico”.
Las islas son consideradas territorios estratégicos por los líderes de defensa estadounidenses, ya que están cerca de territorios bajo control militar de Estados Unidos, como Guam o las Islas Marianas del Norte, así como de aliados como Australia o Papúa Nueva Guinea.
Además, las bases ya existentes en las islas son otra preocupación para Estados Unidos. En las Islas Marshall se encuentra el sitio de pruebas de misiles balísticos Ronald Reagan, y en Palaos se haya en construcción una instalación de radares. Se estima que la reubicación de estas bases costaría miles de millones de dólares.
Es evidente que China tiene los ojos puestos en esta región. En 2019 las Islas Salomón pusieron su reconocimiento diplomático en Chinas sobre Taiwán, y luego de las últimas elecciones taiwanesas, Nauru restauró las relaciones diplomáticas con Beijing. Si de algo podemos estar seguros, es de que el gigante asiático no se quedará de brazos cruzados. En el tablero geopolítico mundial, ambas potencias moverán piezas en el Indo-Pacífico.