La Organización de las Naciones Unidas decidió suspender todas sus operaciones en Saada, bastión de los hutíes en el norte de Yemen. La razón es contundente: la creciente inseguridad y la reciente detención de ocho miembros de su personal humanitario. Pero esta decisión que deja a millones de yemeníes en una situación aún más precaria deja como único responsable al movimiento terrorista hutí.
Las expectativas se encuentran con la realidad
Desde el comienzo del siglo Yemen es el escenario de una de las peores crisis humanitarias del mundo. Son 19 millones los yemeníes que subsisten exclusivamente de la ayuda internacional para sobrevivir, pero las condiciones de trabajo para las agencias humanitarias han empeorado drásticamente. Los hutíes incrementaron las detenciones arbitrarias de trabajadores de la ONU, ONGs y otros actores humanitarios, lo que llevó al organismo internacional a tomar esta medida.
No es solo una cuestión política, la suspensión de la ayuda afecta a quienes más la necesitan. Siete agencias de la ONU operaban en la zona, incluyendo el Programa Mundial de Alimentos, la OMS y UNICEF, proporcionando alimentos, asistencia médica y apoyo a la infancia. Sin acceso a estos recursos, la crisis de desnutrición, las enfermedades y la pobreza extrema podrían alcanzar un horizonte inimaginable.

Desde 2014, los hutíes controlan amplias zonas del país tras forzar al gobierno reconocido internacionalmente al exilio. Con el respaldo de Irán, han resistido los intentos de la coalición liderada por Arabia Saudita de restablecer el gobierno legítimo. Mientras tanto, el pueblo yemení sufre las consecuencias de una guerra interminable, donde la represión interna ha aumentado y la violencia sigue siendo moneda corriente.
“Una cuestión de tiempo”
La ONU insiste en que su decisión es temporal y busca presionar a los hutíes para garantizar la seguridad de su personal y la liberación de los detenidos. Sin embargo, ¿Podrá esta estrategia lograr su objetivo sin agravar aún más la crisis humanitaria? ¿Qué margen de negociación se puede tener con los terroristas?

Mientras las negociaciones continúan, los yemeníes quedan en la incertidumbre, esperando que la comunidad internacional encuentre una solución que les devuelva la esperanza en medio del caos.