Mientras el gobierno británico se encuentra ultimando detalles con Mauricio para efectuar la devolución del archipiélago de Chagos, tras haber obtenido el respaldo de Trump, la oposición acusa a Starmer de dejar de lado los intereses nacionales, y se refiere al acuerdo en proceso como «un acuerdo de rendición».
Dame Priti Patel, miembro del Partido Conservador, sostiene que Keir Starmer y su ministro de relaciones exteriores, David Lammy, están a punto de protagonizar uno de los mayores fracasos de la política exterior británica en los últimos años.
El acuerdo de rendición de Chagos por parte del Partido Laborista podría firmarse de manera inminente, lo que implicaría que los contribuyentes británicos, bajo presión, pagarían miles de millones de libras a Mauricio y al mismo tiempo les otorgaría soberanía sobre las Islas Chagos. Es como entregarle tu casa a otra persona y luego pagar el alquiler.
En octubre del año pasado, el Reino Unido acordó devolver las islas Chagos al gobierno de Mauricio. Se trata de un archipiélago ubicado en el océano índico que, tras la independencia de Mauricio en los años 60, quedó en manos de los británicos. Desde entonces, Londres conservó dicho enclave marítimo bajo el estatus de «territorio británico de ultramar», misma denominación que utilizan para referirse a las Islas Malvinas.
El acuerdo contemplaba la devolución de Chagos a Mauricio, pero con la salvaguardia de mantener el control de la isla Diego García, donde está ubicada una base militar estadounidense, mediante un contrato de arrendamiento de 99 años. Por este motivo, el acuerdo no puede concluirse sin el aval de Washington.

Las conversaciones entre el Reino Unido y Mauricio se han visto afectadas por los cambios políticos en Estados Unidos. El año pasado, medios británicos aseguraban que Londres había emprendido las negociaciones por presión del gobierno de Joe Biden, quien luego dio el visto bueno a las condiciones pactadas. Pero luego de las elecciones, Trump pidió la revisión del acuerdo debido a las posibles implicancias para la «seguridad nacional».
A principios de marzo de este año, Keir Starmer viajó a Washington para reunirse con Donald Trump, quien tras su encuentro con el primer ministro británico, manifestó su apoyo al plan. «Tengo la sensación de que va a funcionar muy bien», declaró el mandatario estadounidense.

Luego del visto bueno de Trump, el Reino Unido y Mauricio trabajan para finalizar las negociaciones y firmar el acuerdo, a pesar de las duras críticas de los conservadores británicos.
Junto con la devolución de Chagos, los términos incluyen un paquete de apoyo financiero al gobierno de Mauricio, mediante pagos anuales e inversión en infraestructura. Por el momento se desconoce el monto a pagar, pero medios británicos afirmaron el año pasado que Mauricio había solicitado 800 millones de libras esterlinas anuales y otros miles de millones para infraestructura.
En este marco, la parlamentaria conservadora Dame Priti Patel, afirmó que el acuerdo «es una locura», y que los laboristas han priorizado complacer «los caprichos de abogados y activistas de izquierda» en detrimento de los intereses nacionales del Reino Unido.
El acuerdo laborista sobre la rendición de Chagos podría firmarse de forma inminente, lo que supondrá el pago de miles de millones de libras por parte de los contribuyentes británicos, que se encuentran en apuros, a Mauricio, a la vez que les otorga la soberanía sobre las Islas Chagos. Es como entregar tu casa a alguien y luego pagar su alquiler. En un mundo cada vez más incierto y con crecientes amenazas a nuestros intereses, el Partido Laborista está eludiendo sus responsabilidades en materia de defensa y seguridad nacional al renunciar a la soberanía de este recurso vital.