Los entrenamientos correspondientes al ejercicio Defender 23 lanzados en el día de ayer durarán 12 días y estarán bajo el comando y organización logística de Alemania, que los viene planeando desde 2018. Participarán de él 23 países de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), incluyendo su miembro más reciente, Finlandia. Además, es de destacar la participación de Suecia, cuya oferta de adhesión a la alianza se encuentra estancada por la oposición de Turquía y Hungría.
También formará parte de los ejercicios Japón, país que, si bien no forma parte de la OTAN debido a motivos geográficos, participa como observador siendo “socio global” de la alianza. En los últimos meses, se estuvo negociando la apertura de una base de enlace de la OTAN en Japón, la cuál se convertiría en la primera en Asia y en un activo importante para contrarrestar el asenceso de China.
El evento comenzó con un espectáculo aéreo en Wunstorf, en el norte de Alemania, que presenta aviones de carga y reabastecimiento de combustible, aviones de trabajo que han sido cruciales para llevar armas y suministros a Ucrania. Los pilotos llevarán a cabo misiones en otras cinco bases en toda Alemania, además de que realizarán vuelos a otros países de la OTAN, como Estonia, que limita con Rusia, y Rumania, que tiene frontera con Ucrania.
“Me sorprendería bastante si algún líder mundial no estuviera tomando nota de lo que esto muestra, en términos del espíritu de esta alianza, lo que significa la fuerza de esta alianza”, dijo Amy Gutmann, embajadora de Estados Unidos en Alemania. “Eso incluye al señor Putin”.
Quién aportó la mayor cantidad de aeronaves y efectivos fue Estados Unidos, que envió alrededor de 100 aviones. La mayoría provienen de la Guardia Nacional, siendo este el mayor despliegue transatlántico de su división aérea desde la Guerra del Golfo, aunque también participaron fuerzas de la Armada. Entre los aviones de dicha fuerza se incluyen algunos cazas furtivos de quinta generación F-35, además de los aviones de combate F-16, semanas luego de aceptar que tropas ucranianas se entrenen con estos últimos.
Durante los ejercicios, se trabajará dinámicamente con las llamadas “bases de movilidad”, activo clave para el despliegue de tropas de la OTAN en Europa. Los ingenieros de mantenimiento europeos tendrán la tarea de reparar aviones estadounidenses. Por su parte, los controladores de ataque de terminales conjuntos extranjeros, el nombre de las tropas terrestres que dirigen los aviones a sus objetivos en el campo, tendrán la oportunidad de llamar aeronaves de ataque estadounidenses como los aviones A-10C Thunderbolt II y los drones MQ-9 Reaper.
“Air Defender envía un mensaje claro de que la OTAN está lista para defender cada centímetro del territorio aliado”, dijo la portavoz de la OTAN, Oana Lungescu, quien también agregó que “Air Defender es necesario porque vivimos en un mundo más peligroso. Mientras enfrentamos la mayor crisis de seguridad en una generación, nos mantenemos unidos para mantener seguros a nuestros países y a nuestra gente”. El ejercicio, dijo, “es una fuerte muestra del compromiso y las capacidades de Alemania y le agradecemos a Alemania por albergar este ejercicio récord”.
Las actividades también tienen por objeto reforzar la interoperabilidad y la protección frente a ataques de aviones, drones y misiles de crucero a ciudades e infraestructura crítica situada en territorio de la OTAN. También, se incluirán en los simulacros operaciones de apoyo a tropas terrestres, entre las cuales se encuentra un escenario de evacuación de un aeródromo. Aparentemente, este ejercicio se agregó al cronograma después de los caóticos y trágicos eventos ocurridos en el aeropuerto de Kabul en 2021, cuando Estados Unidos terminó apresuradamente su misión en Afganistán.
Los simulacros incluyen, por añadidura, batallas aéreas entre jets, intercepción de misiles crucero de media distancia por parte de cazabombarderos aliados y ejercicios defensivos contra submarinos y buques enemigos en el mar del Norte. Los pilotos se enfrentarán a misiles tierra-aire simulados, bloqueadores de comunicaciones electrónicas y otras réplicas de amenazas reales. Adicionalmente, se practicarán las opciones que tienen los pilotos después de sufrir daños en la batalla.
Tras señalar la importancia de que muchos pilotos trabajen juntos por primera vez, el general alemán a cargo de los ejercicios, Ingo Gerhartz, declaró que “Se trata de nutrir las viejas relaciones que tenemos, pero también de construir nuevas relaciones«. “Se trata de establecer lo que significa enfrentarse a una gran potencia en el contexto de una competencia entre grandes potencias”, señaló.
Debido al intensivo uso del espacio aéreo alemán, la aviación civil y militar alemana trabajan de forma integrada hace 30 años, intercambiando en tiempo real información de los diferentes controladores de vuelos y sus contrapartes en la fuerza aérea. A pesar de esto, se esperan algunos retrasos en vuelos que atraviesen espacio aéreo alemán como también aquellos que sobrevuelen el mar del Norte y el mar Báltico.
Hay que resaltar que, si bien estas prácticas fueron publicitadas en muchos medios como las más grandes de la historia de la OTAN, lo son solo en el sector aéreo, ya que la Cold Response 2022, realizada en Noruega, supuso ejercicios militares de la OTAN con más del triple de personas y con más países involucrados.
Las principales bases en las que se operara son Jagel/Hohn en Schleswig-Holstein, Wunstorf en Baja Sajonia, Lechfeld en Baviera, Spangdahlem en Renania-Palatinado, Volkel en los Países Bajos y Čáslav en la República Checa.