Luego de que Rusia se haya retirado del acuerdo de granos, imposibilitando a Ucrania transportar sus productos de exportación vía marítima, el mundo evidenció un aumento de los precios de los alimentos. Además, la situación empeora día a día debido a los ataques rusos contra infraestructura portuaria crítica en Ucrania, la cual se usa para almacenar y transportar los granos.
Ahora, Vladimir Putin, presidente de Rusia, desea ofrecer la solución a su propio problema. Frente a las denuncias de generar un riesgo de hambruna en diversas partes del mundo, Rusia está intentando aprovecharse para generar nuevas dependencias de naciones vulnerables para con aquella. Así, en vez de retornar al acuerdo y permitirles a las naciones obtener un suministro estable, utiliza esa vulnerabilidad para mantenerlos de su lado.
En una carta oficial, Josep Borrell, alto representante de la Unión Europea para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, les advirtió a los países en desarrollo y aquellos parte del G20 acerca de la estrategia rusa. Según expresó el funcionario europeo, Putin está ofreciendo granos baratos “para crear nuevas dependencias al exacerbar las vulnerabilidades económicas y la inseguridad alimentaria global”.
“Mientras el mundo lidia con suministros interrumpidos y precios más altos, Rusia está ahora acercándose a países vulnerables con ofertas bilaterales de envíos de granos a precios reducidos, fingiendo resolver un problema que él mismo creó”, añadió Borrell.
Frente a ello, la Unión Europea realizó un llamado para que dichos países mantengan una “voz clara y unificada” para empujar a Rusia a volver al acuerdo y terminar con sus ataques a la infraestructura de granos y los puertos ucranianos.
Esta estrategia se hizo más evidente que nunca el mes pasado, en el marco de la Cumbre África-Rusia, en la cual Putin prometió granos gratis para seis países africanos. En dichas promesas, la Unión Europea encuentra una “política cínica al utilizar deliberadamente los alimentos como arma”. Aquellos países que más sufren las consecuencias del dañado suministro de alimentos se ven estimulados a aceptar los tentativos rusos, cayendo así en una dependencia hacia Rusia.
Actualmente, Rusia exporta sus granos mayoritariamente a países de Medio Oriente, el Norte de África y el África subsahariana, quienes progresivamente se están volviendo cada vez más dependientes de estas importaciones. En estas regiones, Rusia había estado compitiendo con las exportaciones provenientes de Ucrania, las cuales ahora han sido afectadas negativamente debido a las acciones implementadas por el presidente Putin.
Cabe resaltar que Rusia no planea reconsiderar su retorno al acuerdo hasta que sus demandas sean cumplidas. De este modo, el gigante euroasiático busca que se generen las condiciones para aumentar sus propias exportaciones de granos y fertilizantes.
En respuesta, Borrell escribió que no hay sanciones hacia dichas exportaciones rusas para terceros países. Adicionalmente, estableció que el objetivo de su carta era ir contra la desinformación rusa acerca de la seguridad alimentaria y el impacto de las sanciones de la Unión Europea. Por último, también destacó la importancia de presionar al resto de los países respecto a estas temáticas, lo cuál se podrá ver en el próximo encuentro anual de los líderes de las Naciones Unidas.