La Cuenca Naranja es una formación geológica a 300 kilómetros de las costas de Namibia y Sudáfrica, que se encuentra a unos 2.000 metros de profundidad. En la misma ha habido exploraciones por parte de NAMCO y demás corporaciones internacionales, en busca de petróleo y gas. Entre el 2022 y 2023, se han arrancado tres proyectos de exploración y explotación en las costas namibias: Graff-1, Venus-1 y Jonker-1X.
Los principales proyectos están llevados a cabo por Shell y TotalEnergy, cada uno con sus empresas asociadas. Desde 2021, Shell ha arrancado la excavación de cuatro pozos, y habiendo conseguido el permiso oficial para comenzar otros diez. TotalEnergy ha invertido alrededor de 300 millones de dólares, que es la mitad de su presupuesto de exploración, en los proyectos en Namibia.
Este campo petrolero, según estimaciones oficiales, tiene el potencial de albergar alrededor de 2.000 millones de barriles de petróleo. Esto transformaría a Namibia en el mayor productor y exportador de petróleo del África subsahariana, incluso por encima de su vecino Angola, que es miembro de la OPEP. Además, sería el octavo mayor descubrimiento de petróleo líquido desde el 2000. Sería algo similar a los descubrimientos en Guyana de la década pasada, que han transformado al país sudamericano en un gran productor.
A pesar de estos descubrimientos y entusiasmo por parte de los namibios, hay escepticismo acerca de si esto representa una gran oportunidad para Namibia, principalmente por parte de las petroleras. La demanda de petróleo ha disminuido debido a la aparición de energías verdes y renovables, y debido a los altos niveles de contaminación que genera la industria de los hidrocarburos.
“Existe un gran riesgo de fomentar la inicio de una industria que, al menos a largo plazo, está en declive”, declaró el geólogo Mike Coffin. “Eso no parece una gran apuesta para el desarrollo económico de ningún país”, agregó. Según oficiales de Shell, no se vería petróleo de estos proyectos al menos hasta 2030, año en el cual creen que la demanda por hidrocarburos será mucho menor a la actual.
Aun así, desde las petroleras ven a Namibia como una oportunidad para el desarrollo tecnológico y la búsqueda de menos emisiones en la industria. De acuerdo a expertos de la industria petrolera, las llamadas emisiones operacionales pueden reducirse drásticamente con el avance de la tecnología, y más aún para 2030. “Cualquiera que sea el escenario que mires, es muy claro que, incluso en 2050, el petróleo y el gas seguirán siendo una parte clave de nuestra matriz energética”, manifestó Siraj Ahmed, CEO de Impact.
Cuenca Naranja en las costas de Namibia y Sudáfrica
“Namibia sigue siendo un país fantástico y una gran oportunidad porque fortalece nuestro portfolio de exploración y producción de petróleo en aguas profundas”, dijo el director ejecutivo de Shell, Wael Sawan. “El enfoque que le están poniendo Shell y TotalEnergy al proyecto en Namibia demuestra que ven aquí un potencial enorme”, declaró el investigador Ian Thom.
Estas declaraciones y opiniones envalentonan al gobierno namibio, ya que a pesar de la disminución de la demanda de petróleo que se espera, igualmente generaría un gran ingreso para la economía de Namibia. El país cuenta con una pequeña población de 2 millones de habitantes, con un PIB per cápita de 5 mil dólares. Aun así, es uno de los países con las sociedades mas desiguales de todo África, siendo solamente superado por Sudáfrica.