El primer ministro de Países Bajos, Mark Rutte, anunció este viernes la disolución de su gobierno de coalición debido a fuertes desacuerdos respecto a su política migratoria. “He reunido al gabinete y he sugerido que, dada la actual situación política, presentáramos nuestra dimisión, y fue aceptada por unanimidad”, afirmó Rutte. De esta manera, se da por concluido el cuarto mandato del primer ministro que más tiempo ocupó el cargo en el país, al mando desde 2010.
La coalición que gobierna desde el 2022 estaba formada por cuatro partidos; a saber, el partido de centroderecha que lideraba Rutte, denominado Partido Popular por la Libertad y la Democracia (VVD); los liberales democráticos Demócratas 66 (D66); el partido Christian Democratic Appeal; y el partido ChristenUnie.
En este sentido, la fragilidad del gobierno quedó en evidencia esta semana, puesto que lograr consensos entre partidos tan divergentes no resultó ser un éxito, y los intentos de negociaciones no lograron salvarlo. Esto se presentó en un contexto donde la coalición gobernante se enfrentaba con serias dificultades, como las crisis de viviendas, los altos precios del gas y la inflación.
Otra problemática, evidenciada en las protestas del sector agricultor y ganadero, fue la implementación de políticas tendientes a reducir las emisiones de nitrógeno. Las propuestas del gobierno podrían generar el cierre de 11.200 granjas, además de que otros 17.600 agricultores tendrían que reducir significativamente la cantidad de su ganado.
Sumado al descontento de las políticas agro-ganaderas, las medidas que dieron el último golpe al gobierno de Rutte fueron las relativas a los refugiados. El primer ministro buscaba endurecer la política de reunificación familiar de los refugiados de guerra, explicando que podrían volver a casa cuando terminase el conflicto en sus países. En este sentido, su partido quería instaurar un sistema de cuotas para limitar el número de niños procedentes de zonas de conflicto susceptibles de obtener asilo en el país.
De este modo, buscaba restringir el número de reunificaciones de niños con sus familiares refugiados, que en ese momento se encontraba en 200 por mes. Cabe resaltar, adicionalmente, que el país se encontró con un incremento del número de solicitantes de asilo del 2021 al 2022, pasando de 36.620 a 47.991, con la mayor parte de las aplicaciones provenientes de Siria. Así las cosas, el gobierno estimaba que las aplicaciones podrían llegar a 70.000 para el final de este año, pues, hasta el mes de mayo, ya se habían recibido 16.097 solicitudes.
Rutte amenazó con disolver el gabinete si los partidos no aprobaban sus medidas. Si bien recibió el apoyo del Partido Popular por la Libertad y la Democracia y de Christian Democratic Appeal, D66 y ChristenUnie no estuvieron de acuerdo con las duras medidas contra la inmigración.
En signo de apoyo a Mark Rutte, el líder de Christian Democratic Appeal comunicó el viernes que “la capacidad de carga de nuestro pequeño país densamente poblado está bajo presión. Las personas se encuentran frecuentemente compitiendo por viviendas, atención médica y educación”.
Además, Marke Rutte afirmó que “no es ningún secreto que los socios de la coalición tienen puntos de vista muy diferentes sobre la política migratoria. Y hoy, por desgracia, tenemos que concluir que esas diferencias son irreconciliables“. De este modo, para el mandatario había una imposibilidad de llegar a un acuerdo entre los partidos.
El rey del país, Willem-Alexander, regresó de sus vacaciones para recibir la renuncia de Rutte. Ahora, el país espera que se celebren nuevas elecciones en noviembre. En este contexto, Mark Rutte todavía no afirmó si se volverá a presentar como candidato o si será hora de que Países Bajos se encuentre con un nuevo primer ministro luego de 13 años en el poder.