Los hutíes son un grupo rebelde oriundo de Yemen. Cubiertos bajo el manto de ser una organización política y militar, en representación del pueblo hutí, ha tomado la capital de su país en el año 2014, rebelándose contra el gobierno pro-Arabia Saudita (enemigo de los hutíes), haciéndose con el poder y dando inicio a una guerra civil que aún continúa. Desde 2003, su eslogan predica el antisemitismo y el odio a occidente, siendo este: “Dios es grande, muerte a Estados Unidos, muerte a Israel, maldición a los judíos y victoria del islam”.
Ahora bien, volviendo a la cuestión central, luego de lanzar ataque a diferentes barcos en el Mar Rojo, el portavoz militar de los hutíes, Yahya Sarea, lanzó una amenaza en los comunicados, expresando que: “impedirán el paso de barcos de cualquier nacionalidad que se dirija a la entidad sionista” y que “se convertirán en un objetivo legítimo”, a menos que lleven alimentos y medicinas a Gaza.
Los ataques concurrentes se realizan en las costas de Yemen, particularmente en el paso de Bab el Mandeb, siendo este el acceso al Canal de Suez. Por la cercanía a las costas yemenitas, los barcos quedan expuestos a la piratería y a los ataques de drones fabricados por los hutíes.
De esta manera, el grupo rebelde y su máximo aliado Irán, han encontrado la forma de controlar un punto clave del mapa. Desde allí, los rebeldes obedecen la estrategia de Irán y harán lo posible para afectar los intereses tanto de Estados Unidos como de Israel en el Mar Rojo.
Lo alarmante de la situación es que por el Canal de Suez se registra un tráfico de 50 a 60 barcos a diario, y circula el 12% del comercio mundial. La cuestión es que para evitar a los hutíes, el camino es mucho más largo y costoso.
Los buques deberían de trazar una ruta por el extremo sur de África, sumando entre 9.000 y 14.000 millas náuticas al viaje y entre 10 y 14 días de navegación.
Esto implica un encarecimiento considerable en el traslado de bienes. El portal Freightos estima que, para el buque promedio, en un viaje de Israel a China (evitando a los hutíes), hay una suba de entre el 16% al 36% por el uso de combustible, más una suba del salario para los tripulantes. Además, de acuerdo con el portal, ya se incrementaron las primas de seguros del 0.03 del valor del barco a un 0.05/0.10.
Como si fuera poco, teniendo en cuenta los riesgos crecientes, las autoridades del Canal de Suez han decidido aumentar la tarifa de paso desde enero, de un 5% hasta el 15%. Encareciendo el traslado de bienes aún más.
Por supuesto que todo este aumento del transporte se traslada a una suba de los precios de las materias primas y las manufacturas, contribuyendo a la inflación mundial y afectando directamente el bolsillo de los consumidores.
En suma, por el Canal de Suez circulan 8 millones de barriles de petróleo de forma diaria. Esto representa el 84% del crudo enviado por los países del Golfo hacia occidente, a través de dicho canal.
El problema no sería de tal magnitud si los ataques fueran exclusivamente a barcos relacionados con Israel, como dicen los hutíes. El pasado lunes se demostró que no es así, cuando los rebeldes atacaron a un buque de la empresa británica Caste Harbour, la cual no tiene vínculos significativos con Israel. Esto levanta dudas, o certezas, acerca de si los hutíes continuarán sus ataques hacia barcos comerciales para afectar los intereses occidentales.