En la tarde del martes, el nuevo P-3C Orion de la Armada sobrevoló por primera vez el litoral marítimo argentino, luego de su llegada al país el 3 de septiembre, y de su posterior ceremonia de presentación hace algunos días. Esta aeronave, concebida para misiones de vigilancia, control y patrullaje marítimo, es la primera de las cuatro adquiridas por la Armada, que terminarán de arribar a Argentina el próximo año.
Adicionalmente, se adiestró con el submarino USS Hampton de la Armada de Estados Unidos. Según informó Gaceta Marinera, el portal oficial de noticias de la ARA, se realizaron maniobras de detección e identificación con el submarino, en el marco de un ejercicio denominado “PASSEX” que permitió probar los sistemas del avión y contruibir a la experiencia y formación del personal de la Armada. Cabe recordar que entre las capacidades del P-3C Orion, se encuentra la guerra antisubmarina.
Este suceso tiene particular relevancia para la Argentina, más allá de las cuestiones técnicas y de los beneficios para el adiestramiento de los marinos. El intercambio generado a partir del ejercicio le permite a la Armada disponer de información importante, ya que el P-3C Orion obtuvo la firma acústica y la firma magnética del submarino estadounidense. Esto último tiene dos implicancias, por un lado, fortalece las capacidades de la Armada en materia de guerra antisubmarina debido a la información obtenida. Por otro lado, esta interacción es una muestra de confianza por parte de Estados Unidos, que no ignora el hecho de que ahora la Argentina posee información sobre sus unidades submarinas.
Capacidades de guerra antisubmarina
Una vez finalizada la guerra de Malvinas, durante años el Reino Unido mantuvo submarinos en los espacios marítimos próximos a las costas argentinas para llevar a cabo tareas de inteligencia, monitoreando los movimientos de los buques y de esa forma recopilando información sobre las capacidades de la Argentina. En más de una ocasión, submarinos británicos permanecieron a pocas millas de las costas de Mar del Plata sin ser detectados.
En consonancia, la capacidad de detección submarina es un imperativo para la Armada, que gracias a la incorporación de sistemas como el P-3C Orion y ejercitaciones como la que tuvo lugar esta semana con el USS Hampton, adquiere medios, técnicas e información valiosa para fortalecer sus capacidades, en un aspecto tan crucial como lo es la guerra antisubmarina.