A fines de julio pasado un grupo de soldados separatistas de la etnia tuareg salieron victoriosos de un enfrentamiento contra una coalición de soldados de las fuerzas armadas de Mali y el Grupo Wagner. El incidente se dio en Tinzaouatene, un distrito en la frontera con Argelia, y murieron, según los rebeldes, al menos 84 mercenarios y 47 soldados malienses en tres días de combates. “Nuestras fuerzas destruyeron decisivamente estas columnas enemigas el sábado”, declaró Mohamed Elmaouloud Ramadane, portavoz del Marco Estratégico Permanente para la Paz, Seguridad y el Desarrollo (CSP-PSD, por sus siglas en inglés), que es una coordinación de movimientos políticos y militares de los tuareg.
Los tuaregs son un grupo nómade musulmán con una población de 2 millones y medio de habitantes repartidos entre Mali, Níger, Burkina Faso y Argelia principalmente. En 2012 se dio una rebelión tuareg liderada por Movimiento Nacional para la Liberación del Azawad (MNLA), que buscaban un estado independiente laico. Apenas meses después, se une a la rebelión el grupo islamista Ansar Dine. Esto generó conflictos internos entre la coalición por la religión del nuevo estado, y además, por el deterioro de la situación de seguridad, un golpe de estado se da en Bamako. Luego de varias incidencias durante una década, en 2020 el coronel del Ejército, Assimi Goita, asume como presidente de Mali luego de un golpe de estado. Goita, en una tendencia geopolítica creciente, expulsó a Francia de su país y comenzó fuertes lazos con Rusia.
Una de las consecuencias del acercamiento maliense a Rusia es la presencia de mercenarios del Grupo Wagner en territorio del país africano. La compañía militar privada, como en todos los países de África en donde está presente, es un garante de seguridad y protección. Realiza entrenamientos a los soldados, así como también provee logística y apoyo en operaciones militares. En este contexto, hay reportes de que en el enfrentamiento entre las fuerzas del gobierno y los tuaregs en Tinzaouatene, los rusos estaban presentes. En algunos de los vídeos compartidos por los rebeldes con la agencia de noticias AFP, se veían soldados blancos entre los prisioneros, dijo la agencia en un informe el domingo. “Los empleados de Wagner, que se movían en un convoy con tropas gubernamentales, fueron asesinados en Mali… Algunos fueron capturados”, dijo un destacado bloguero militar ruso, Semyon Pegov.
Soldados del Grupo Wagner en Mali
Luego de los incidentes mencionados, el gobierno de facto de Mali cortó sus relaciones diplomáticas con Ucrania, según confirmó su portavoz, el coronel Abdoulaye Maiga. Esto se debió a qué el 29 de julio, Andriy Yusov, portavoz de la agencia de inteligencia militar de Ucrania (GUR), declaró que “los rebeldes malienses habían recibido toda la información que necesitaban, lo que les permitió llevar a cabo su operación contra los criminales de guerra rusos”. En respuesta, Maiga dijo que “Mali se enterado con profunda conmoción de los comentarios y que Yusov había admitido la participación de Ucrania en un ataque cobarde, traicionero y bárbaro por parte de grupos terroristas armados que resultó en la muerte de miembros de las Fuerzas de Defensa y Seguridad de Mali”.
Desde Mali también citan una publicación del embajador ucraniano en Senegal, Yurii Pyvovarov, en la cual según los malienses, el diplomático se jacta de brindar apoyo al ataque en Mali. Según declaraciones de Maiga, este brindó “apoyo inequívoco e incondicional al ataque terrorista en el norte del país”. “Las acciones de Ucrania violaron la soberanía de Mali y constituyeron una injerencia extranjera y un apoyo inaceptables al terrorismo internacional”, agregó. Durante la mañana del lunes, Ucrania negó su participación en los combates en el norte de Mali que llevaron a la muerte de soldados malienses y combatientes de Wagner. Además, describieron la decisión de Mali de cortar relaciones diplomáticas por el incidente como “miope y apresurada”.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Ucrania lamentó el lunes la decisión tomada por el gobierno de transición de Mali, diciendo que se tomó sin un estudio exhaustivo de los hechos y circunstancias del incidente. “Ucrania se adhiere incondicionalmente a las normas del derecho internacional, la inviolabilidad de la soberanía y la integridad territorial de otros países”, dijo en un comunicado. En respuesta a esto, el ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, Serguei Lavrov, reafirmó su apoyo y el de la Federación Rusa a Bamako y la junta gobernante, en una llamada telefónica con su homólogo maliense, Abdoulaye Diop.
Rebeldes tuareg mostrando las banderas de Azawad y Ucrania, luego del ataque a las fuerzas armadas de Mali
Toda esta situación ha caído de muy mala manera tanto en las autoridades de Mali como en las de Rusia. Primero y principal, es la primera derrota para las fuerzas oficiales de Mali junto al Africa Corps del Grupo Wagner. En los enfrentamientos previos, la cooperación entre malienses y rusos había traído buenos resultados para ellos, ya que lograron recuperar bases militares de gran importancia en el norte del país. Por ejemplo, en noviembre de 2023, el ejército de Mali logró recuperar la ciudad de Kidal, ciudad histórica del independentismo del Azawad. Por su parte, los rusos se encuentran con su segundo enfrentamiento indirecto con Ucrania en el continente africano. A principios de año, soldados ucranianos se enfrentaron con mercenarios de Wagner (provenientes de la República Centroafricana) en Sudán.
Kirilo Budánov, jefe de los servicios militares de inteligencia de Ucrania, confirmó al medio ucraniano Obozrevatel que su país estaba desplegando soldados en Sudán y que el objetivo era “destruir al enemigo en todos los lugares imaginables de la tierra”. El politólogo Abel Riu explica qué “Ucrania tiene todo el interés del mundo en debilitar las posiciones rusas fuera del teatro de operaciones ucraniano para incrementar los costes estratégicos donde Rusia intenta desempeñar un papel geopolítico y desarrollar su presencia en el ámbito militar y de la seguridad”. Además, según el Kyiv Post, Ucrania no sólo buscaría desafiar la política exterior rusa en África, sino en Siria, han destruido equipamiento radioeléctrico y material militar de una base rusa.
Ahora bien, el apoyo ucraniano a los rebeldes del Azawad trae polémicas. “El principal problema de Malí es que los ucranianos están apoyando una fuerza [CSP-DPA] aliada de grupos yihadistas como el Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes (JNIM, por sus siglas en árabe)”. Esto no hace más que expandir las actividades terroristas no sólo de JNIM, sino del Estado Islámico, Al-Qaeda, etc., todos grupos con fuertes presencia en la región. Según el Índice Global de Terrorismo, en 2023, la región del Sahel se transformó en el epicentro del terrorismo a nivel global. Esto se da principalmente en la triple frontera entre Mali, Níger y Burkina Faso. Estos tres países son presididos por gobiernos de facto, que a su vez han formado la Confederación de Estados del Sahel para unificar su política exterior en materia de seguridad y combatir así la insurgencia islámica.
Es importante aclarar que estos tres países tienen profundos lazos con Rusia, ya que son el eje central de la política exterior rusa en el continente. Es por eso también que el apoyo ucraniano en África podría no sólo dificultar la presencia rusa en Mali, sino socavar su política exterior en todo el continente. Esta desestabilización podría generar un efecto derrame en los demás países donde hay presencia rusa, como en la República Centroafricana, Sudán o Chad, e incluso llegar a Europa a través de Libia, un estado fallido que pareciera no encontrar una solución en el corto o mediano plazo.