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Lula apuesta por una alianza a largo plazo con China

A 50 años del incio de las relaciones diplomàticas entre China y Brasil, el país americano puede integrarse en la iniciativa de la Franja y la Ruta.

Publicado el 15 de agosto de 2024 por Julián Rullán
Lula apuesta por una alianza a largo plazo con China

En noviembre de este año, durante el G20 en Río de Janeiro, el presidente de Brasil, Lula da Silva, discutirá una “asociación estratégica a largo plazo” con el líder chino, Xi Jinping. Este encuentro resalta el fortalecimiento de las relaciones entre Brasil y China, en un momento en que ambos países celebran 50 años de relaciones diplomáticas.

Fue un 15 de agosto de 1974 cuando se establecieron las relaciones formales entre Brasil y China. Desde entonces ambos países han forjado una colaboración sólida y duradera. En 1993, Brasil se convirtió en el primer país en desarrollo en establecer una alianza estratégica con China, llegando a abarcar hoy en día desde sectores tradicionales hasta áreas emergentes como la economía verde.

Uno de los aspectos más importantes de esta relación es el comercio agrícola. Desde 2018, Brasil se ha consolidado como la principal fuente de importaciones agrícolas para China, exportando más de 58 mil millones de dólares en productos de este tipo. Esto representa casi un cuarto del total de importaciones agrícolas de China, superando a Estados Unidos, que representa casi un 15%.

Durante su reunión en noviembre, Lula y Xi discutirán la posible adhesión de Brasil a la Iniciativa de la Franja y la Ruta, una estrategia lanzada por Xi Jinping en 2013 que busca, al igual que la antigua Ruta de la Seda, utilizar el comercio como herramienta geopolítica de extensión de influencia alrededor del mundo, desde Latinoamérica hasta Oriente Medio.

Lula ha señalado que Brasil está abierto a unirse a esta iniciativa, pero ha enfatizado que este acercamiento a China no debe interpretarse como un distanciamiento de Estados Unidos, declarando «No quiero pelearme con Estados Unidos. Al contrario, quiero a Estados Unidos de nuestro lado tanto como a China».

Históricamente, Brasil ha mantenido una política exterior equilibrada, buscando relacionarse con todo tipo de países. Después de la Primera Guerra Mundial, Brasil fue uno de los primeros países de América del Sur en alinearse con Estados Unidos, lo que le permitió un rápido desarrollo industrial y tecnológico durante las décadas de 1950 y 1960, llegando a ser la mayor potencia de América del Sur, teniendo a San Pablo con un PBI mayor al argentino.

Hoy, Brasil sigue manteniendo una postura ambigua en el sistema internacional. Por un lado, forma parte de los BRICS, un bloque que incluye a Rusia, India, China y Sudáfrica, y que en agosto del año pasado anunció su expansión (por lo que se pasará a conocer como BRICS+). Por otro lado, Lula ha reiterado su intención de mantener relaciones sólidas con Estados Unidos y sus aliados, como Japón, país que visitará en marzo del próximo año para fortalecer lazos diplomáticos.

Los BRICS tienen un rol importante en esta cuestión si tomamos en consideración el Nuevo Banco de Desarrollo (NBD). Este es un Banco fundado por las naciones integrantes del grupo, y es dirigido actualmente por la expresidenta Dilma Rousseff. Dado que las oficinas centrales del NBD están en Shanghái, tener a Dilma como presidente es importante para afianzar las relaciones con el gigante asiático.

La próxima reunión entre Lula y Xi Jinping en el G20 será un momento clave en las relaciones entre ambos países. Brasil busca mantener un delicado equilibrio en el conflicto que marcará el siglo XXI entre China y Estados Unidos. En los próximos años, la estrategia de Brasil en este equilibrio definirá no solo su rol en la región, sino también su proyección internacional.

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