Según informaron medios brasileños, durante la cumbre del G-20 en noviembre, el presidente Macrón se reunirá con su par brasileño para ofrecerle 24 aeronaves de combate Rafale, 36 obuses Caesar autopropulsados, 50 helicópteros Airbus H145 y un submarino Scorpenne adicional a los cuatro que encargó el gobierno brasileño en 2008.
Con este amplio paquete de armamento, Francia irá por la revancha ofreciéndole una vez más el caza Dassault Rafale a la Fuerza Aérea Brasileña (FAB). Actualmente, la columna vertebral de la FAB son los 36 SAAB F-39 Gripen (suecos).
A principios de la década de los 2000, comenzó a gestarse el proyecto FX-2 con el objetivo de modernizar la flota de aviones de combate de la FAB. En este marco, fueron contempladas una serie de alternativas entre las cuales estaban el Rafale y el F-39 Gripen. Este último fue el elegido, dejando al caza francés en segundo lugar. Sin embargo, Lula había acordado con el entonces presidente de Francia la compra de los Rafale, pero luego de controversias y demoras en las negociaciones, en 2013, con Dilma Rouseff en el gobierno, se optó por la opción sueca.
Según informaron fuentes francesas, Macron ofrecería los rafale como sustituto de los cazas ligeros AMX de fabricación ítalo-brasileña, cuyo tiempo de servicio está llegando a su fin.
Macron no pierde las esperanzas…
En marzo de este año, el presidente de Francia viajó a Brasil y participó junto a Lula Da Silva de la ceremonia de lanzamiento al mar del Tonelero S-42, submarino Clase Riachuelo de la Armada Brasileña. Este modelo está basado en el Scorpene de Naval Group, y fue desarrollado en Brasil bajo licencia y mediante transferencia de tecnología. Luego de aquella ocasión Macron se refirió a la posibilidad de relanzar la discusión sobre el caza Rafale, en el marco de la cooperación en defensa entre ambos países. Adicionalmente, mencionó que Francia y Brasil están colaborando para desarrollar una versión nuclear de la Clase Riachuelo. Para un proyecto de estas características, el país europeo es un socio clave a los ojos de Brasil, lo cual le genera a Francia un escenario favorable para ofrecer sus productos.
En esta línea, Macron aprovecharía el G-20 para proponerle a la Marina Brasileña la ampliación del contrato del Programa de Submarinos (PROSUB), añadiéndole una quinta unidad a los cuatro buques Clase Riachuelo que encargó Brasilia originalmente, y que ya han sido entregados.