Tras la alerta del piloto de un vuelo comercial, el gobierno australiano se enteró de los ejercicios navales con fuego real que China estaba realizando en un área cercana a sus costas, motivo por el cual numerosos aviones comerciales tuvieron que desviarse. Las maniobras tuvieron lugar en el Mar de Tasmania, entre Australia y Nueva Zelanda.
En consonancia, las autoridades aeronáuticas australianas emitieron una alerta y más de 40 vuelos comerciales tuvieron que corregir su trayectoria para evitar a los tres buques chinos que estuvieron realizando maniobras entre el viernes y el sábado. En tanto, los gobiernos de los países afectados informaron que China no emitió ningún aviso previo sobre las maniobras.
Por su parte, tras las preocupaciones manifestadas por funcionarios de Australia y Nueva Zelanda, el Ministerio de Defensa de China declaró que los ejercicios que se llevaron a cabo en el Mar de Tasmania no incumplieron la legislación internacional vigente, y Beijing calificó de «exagerada» la reacción de ambos gobiernos.

El grupo de tareas conformado por el crucero Tipo 055 Zunyi , la fragata Tipo 054A Hengyang y el buque de reabastecimiento Tipo 903 Weishanhu, se encontraba en aguas internacionales. Asimismo, el derecho internacional vigente no obliga a los buques de guerra extranjeros a notificar a las naciones costeras a más de 555 km de distancia sobre las ejercitaciones con fuego real en altamar. Sin embargo, el reclamo de Australia y Nueva Zelanda apunta a la falta de una notificación previa por parte del gobierno chino, considerando que numerosos vuelos comerciales tuvieron que desviarse como consecuencia de las maniobras. «Respetamos el derecho de todos los Estados, conforme al derecho internacional, a ejercer la libertad de navegación y sobrevuelo en aguas y espacios aéreos internacionales, así como esperamos que los demás respeten nuestro derecho a hacer lo mismo», expresó en un comunicado la Fuerza de Defensa Australiana (ADF).

El viernes 21 de febrero, mientras navegaba en alta mar, el grupo de tareas chino emitió una señal en frecuencias de radio internacionales indicando a las aeronaves que permanecieran alejadas de un área ubicada a poco más de 600 km de Sidney, ya que estaba realizando ejercicios de artillería. Al día siguiente, tuvieron lugar nuevas maniobras con fuego real en una zona más cerca de Nueva Zelanda.
En diálogo con Naval News, Jennifer Parker, experta australiana en defensa y derecho del mar, explicó que los ejercicios navales en aguas internacionales son algo «increíblemente común» y que las maniobras realizadas por China no incumplieron ninguna norma del derecho internacional. Cuando se le preguntó si se trataba de una acción provocativa por parte de Beijing, explicó que los buques que se encuentran en un despliegue de larga duración realizan ejercicios como este de manera regular, y que si hubieran querido ser realmente provocadores, las maniobras habrían tenido lugar más cerca de Australia.
Sin embargo, Parker sostuvo que «la naturaleza del despliegue está ciertamente diseñada para enviar un mensaje. Hay una razón por la que están aquí. Se trata de enviar un mensaje sobre su capacidad», aunque añadió que hay que tener cuidado con el grado de indignación pública que se demuestra frente a un ejercicio de este tipo, ya que se trata de algo normal.