El viernes 8 de septiembre, un terremoto de 6,8 grados en la escala de Richter azotó Marruecos, dejando un saldo de casi 3.000 personas fallecidas y alrededor de 6.000 heridos. Se trata del terremoto más mortífero en el país desde 1960.
El epicentro del terremoto tuvo lugar en la cordillera del Alto Atlas, a 72 kilómetros de Marrakech, la ciudad más afectada por la catástrofe natural. Tal fue el impacto del terremoto que los rescatistas siguen buscando gente perdida entre los escombros.
A partir de esto, el gobierno marroquí ha decidido formular un plan de cinco años que supone una inversión de 11.700 millones de dólares en la reconstrucción del país. Esta reconstrucción va a estar focalizada en las provincias más afectadas; a saber, Al Haouz, Chichaoua, Taroudant, Marrakech, Ouarzazate y Azizlal. Esta medida apunta a ayudar a las 4 millones de personas que viven en estas provincias.
Además de las inversiones en infraestructura y vivienda, se busca mejorar los sistemas de emergencia de cada región, para que estos puedan tener una mejor respuesta a la que han tenido durante las pasadas semanas.
El plan estaría financiado a través de tres ingresos diferentes: el presupuesto del gobierno, la ayuda internacional y, por último, un fondo creado para recibir donaciones, el cual ya ha recibido alrededor de 700 millones de dólares.
En cuanto a la crisis de viviendas que se ha generado luego del sismo, desde el gobierno nacional marroquí han estimado que 50.000 residencias han sido afectadas. En este caso, a los dueños de dichas viviendas afectadas se le facilitarían 30.000 dírhams, equivalente a, aproximadamente, 3.000 dólares. Además, el gobierno se encargará de reconstruir las casas colapsadas por un total de 13.500 dólares, además de un gasto de 7.500 dólares destinados a aquellas viviendas que hayan sufrido daños estructurales.
Lo que ha generado cierta polémica es el manejo del gobierno marroquí de la ayuda internacional ofrecida luego de terremoto. Cabe recordar que Marruecos ha rechazado la ayuda de países como Portugal, Alemania y Francia, mas no la de Argelia, su histórico rival en la región, país con el cual no tiene relaciones diplomáticas por la situación en torno al Sahara Occidental. Además, aceptaron la ayuda enviada por España, Qatar, Reino Unido y Emiratos Árabes Unidos.
La Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA) es la que suele encargarse de coordinar la ayuda internacional luego de grandes desastres y emergencias a través de sus agencias: la Evaluación y Coordinación de Desastres (UNDAC) y el Grupo Asesor Internacional de Búsqueda y Rescate (INSARAG). Sin embargo, el gobierno marroquí aún no ha solicitado su ayuda.