La noticia del fallecimiento de Alexei Navalny en una prisión en el Ártico marcó el inicio del segundo día de la Conferencia, donde el líder ucraniano Volodymyr Zelenski, el canciller federal Olaf Scholz, la Presidenta de la Comisión Europea Ursula von der Leyen y el Ministro de Relaciones Exteriores de China Wang Yi estuvieron presentes.
En este contexto, la Canciller Diana Mondino participó en un desayuno de líderes junto a Hillary Clinton, donde se analizó el actual escenario geopolítico, destacando la guerra en Ucrania y la crisis en Medio Oriente, entre otras amenazas al sistema internacional. Se enfatizó la necesidad de que las democracias occidentales trabajen coordinadamente para fortalecer la cooperación y el multilateralismo.
Después del desayuno, Mondino tuvo un encuentro bilateral con su homólogo chino Wang Yi, el primero entre ambos ministros y a pocos días de conmemorarse los 52 años del establecimiento de relaciones diplomáticas entre Argentina y China. Ambos funcionarios coincidieron en la naturaleza estratégica de la relación, destacándola como “madura y sólida para superar obstáculos y lista para mantener el ímpetu de desarrollo”. La reunión fortaleció la confianza entre dos socios cuyas economías y sociedades muestran una complementariedad notable. La Canciller resaltó la importancia del vínculo comercial bilateral y subrayó que el nuevo gobierno argentino fundamenta su actuar en el respeto a la libertad, manteniendo el multilateralismo como principio básico en el marco de las Naciones Unidas.
La Munich Security Conference (MSC), conocida como la Conferencia de Seguridad de Múnich en español, es un evento anual centrado en la política de seguridad internacional que se celebra en la ciudad alemana de Múnich desde 1963. Su propósito principal es abordar los temas más relevantes en política exterior, seguridad y defensa. Destacando como la conferencia de este tipo más grande del mundo, su lema es “Peace through Dialog” (paz a través del diálogo).
A lo largo de las últimas décadas, la MSC ha evolucionado para convertirse en el foro independiente más destacado destinado al intercambio de perspectivas entre los responsables de la toma de decisiones en políticas de seguridad a nivel internacional. Cada año, atrae a alrededor de 350 figuras de alto nivel provenientes de más de 70 países, quienes participan en debates intensos sobre los desafíos presentes y futuros en materia de seguridad. Políticos, representantes militares, empresariales, organizaciones no gubernamentales y expertos en seguridad se involucran en discusiones al margen de las directrices diplomáticas y protocolos establecidos.
Aunque la Munich Security Conference no se adscribe estrictamente a un formato intergubernamental (de hecho, su origen prescindía de esta característica al buscar reunir líderes y expertos para prevenir conflictos armados), su importancia no debe menospreciarse. La expulsión de Rusia del G8 (o del G7 más Rusia, como algunos expertos preferían llamarlo) debido a la anexión de la península de Crimea a la Federación, junto con la ausencia de China en estas cumbres, hace que no siempre sea sencillo reunir a políticos estadounidenses, rusos, chinos y europeos para discutir sobre seguridad internacional.
A diferencia de otras conferencias, en la Munich Security Conference no se emiten Declaraciones Finales, por lo que no se espera que los participantes lleguen a acuerdos formales. En consecuencia, los asistentes tienen la libertad de expresar sus puntos de vista y explorar opiniones divergentes.
En resumen, podemos recurrir a la autodefinición de la conferencia, según su sitio web: “el principal foro mundial para debatir la política de seguridad internacional”, cuyos congresos son considerados como un “mercado de ideas” e iniciativas, ofreciendo un espacio protegido para reuniones informales entre funcionarios.
La Canciller argentina también fue recibida por su homóloga alemana, la Ministra Annalena Baerbock, quien acababa de llegar de Jerusalén. Ambas ministras resaltaron la relevancia de la convergencia de valores y principios de las democracias liberales en los foros internacionales, centrándose en el fortalecimiento del multilateralismo. La Canciller Mondino hizo mención al viaje del Presidente Milei a la Antártida para participar en un estudio de impacto ambiental e invitó a Baerbock a unirse en un próximo viaje.
El conflicto en Ucrania fue otro de los temas centrales de la conversación, coincidiendo con la participación del Presidente Zelenski en la Conferencia. La Ministra alemana reconoció y agradeció el respaldo a los proyectos alemanes en el marco de las Naciones Unidas, así como la alineación de posiciones en ámbitos multilaterales sobre cuestiones como Ucrania. Además, ambas acordaron seguir colaborando para fortalecer la relación bilateral, fundamentada en valores y principios compartidos, y planificaron encontrarse nuevamente la próxima semana durante la Reunión Ministerial del G20 en Río de Janeiro.
Posteriormente, Mondino se reunió con John Kerry, Enviado Especial del Presidente Biden para el Clima, abordando conjuntamente los compromisos adquiridos por los países de ingresos medios como Argentina, la importancia de promover la seguridad alimentaria y energética, así como el papel de los bancos multilaterales de desarrollo y los mecanismos financieros para hacer frente a los desafíos del cambio climático.
Por otro lado, en esta misma conferencia, el presidente de Ucrania, Volodimir Zelenski, enfatizó que la invasión rusa en Ucrania representa una “guerra contra cualquier normativa” a nivel internacional y subrayó que nadie está exento de la “amenaza” que representa Moscú. El líder cuestionó hasta qué punto el mundo permitirá que Rusia continúe comportándose de esa manera, destacando que el año 2024 debería ser el momento de restablecer plenamente un orden mundial basado en normas.
La presidenta de la Comisión Europea (CE), Ursula von der Leyen, afirmó durante su participación en la Conferencia que la guerra no solo concierne a Rusia y Ucrania, sino que también impacta en la seguridad de Europa y plantea la incógnita sobre si la democracia podrá sobrevivir.
En un panel compartido con el primer ministro holandés, Mark Rutte, y el primer ministro noruego, Jonas Gar Store, Von der Leyen expresó: “No es solo un asunto de Ucrania, sino de enviar una señal a otros. La cuestión es si la democracia perdurará en el mundo y si podemos defender nuestros valores. La respuesta tiene que ser sí”.
Por otro lado, el ministro de Relaciones Exteriores alemán, Olaf Scholz, hizo hincapié en que los costos asociados con una victoria rusa superarían considerablemente el respaldo actual y futuro a Ucrania, tanto en términos políticos como financieros. Durante su intervención en el foro, señaló que el precio político y financiero que tendríamos que afrontar sería varias veces más elevado que el costo de nuestro respaldo actual y futuro a Ucrania.
Scholz advirtió que una victoria rusa resultaría en la pérdida de la libertad e independencia de Ucrania, desestabilizaría el orden de paz europeo, constituiría un golpe para la Carta de la ONU y daría incentivos a otros líderes autocráticos, como el presidente ruso Vladimir Putin, para resolver disputas mediante la fuerza.