El pasado 16 de marzo, el portavoz de la junta militar de Níger, el coronel Amadou Abdramane, declaró que “el Gobierno de Níger, tomando nota de las aspiraciones y los intereses del pueblo nigerino, decide con toda responsabilidad romper con efecto inmediato el acuerdo relativo al estatuto del personal militar estadounidense y los empleados civiles del departamento de Defensa estadounidense sobre el territorio nigerino”.
El Consejo Nacional para la Salvaguardia de la Patria (CNSP), como se proclama la junta militar que gobierna en Níger, ha decidido cancelar los acuerdos que el país había firmado con Washington en 2012, que desde Niamey acusan como “injustos y antidemocráticos”. “Níger lamenta la intención de la delegación estadounidense de negar al pueblo soberano nigerino el derecho a elegir a sus socios y tipos de asociación capaces de ayudarle realmente a luchar contra el terrorismo”.
Según Abdramane, la decisión se tomó luego de que una delegación del Departamento de Defensa estadounidense se haya presentado en territorio nigerino sin previo aviso ni notificación. A su vez, manifestó que este encuentro rompió todo tipo de protocolos diplomáticos. Agregó que la delegación en cuestión se mostró reticente a que Níger busque alternativas para proveer de su seguridad, y fueron muy críticos con Molly Phee, jefa de la delegación estadounidense y subsecretaria de Estado para Asuntos Africanos, debido a su actitud soberbia y orgullosa.
Líder de la junta militar nigerina dando una conferencia
Originalmente, el acuerdo firmado entre Estados Unidos y Níger era relativo al monitoreo de la situación del terrorismo yihadista en el Sahel, para lo cual se desplegaron tropas y drones de vigilancia. La región del Sahel es un punto estratégico clave según los estadounidenses, ya que luego de la caída de Gadafi en 2011 se volvió un punto de expansión para los extremistas islámicos. Es por eso que luego desde Washington aumentaron el número de tropas a 1.000, y los drones de vigilancia pasaron a estar armados.
La triple frontera entre Burkina Faso, Mali y Níger es uno de los puntos focales dónde el terrorismo islámico se ha profundizado en la ultima década. Es por eso que los gobiernos de los tres países mencionados, que a su vez todos están regidos por gobiernos de facto, han creado la Alianza del Sahel. Es un pacto de defensa mutua creado entre Malí, Níger y Burkina Faso el 16 de septiembre de 2023 luego de la crisis nigerina. A través de este mecanismo buscan una política exterior conjunta, principalmente en temas de seguridad y defensa.
Con esto buscan desprenderse de la influencia de Occidente, principalmente de Francia, la expotencia colonial en la región. Los franceses ya han sido expulsados de los tres países, y esta ruptura de Níger con los Estados Unidos confirma el distanciamiento con Occidente, y, a su vez, el acercamiento geopolítico hacia Rusia, que cada vez tiene más influencia no sólo en la región, sino en todo el continente. El Kremlin ha profundizado su estrategia en África aprovechando la creciente tendencia antioccidental en dicho continente.