Entre el 4 y 12 de mayo, la ministra de Defensa de los Países Bajos, Kajsa Ollongren, recorrió las bases militares que el país tiene en cuatro islas del Caribe neerlandés: Aruba, Curaçao, Saba y Sint Marteen. La visita tuvo el doble objetivo de evaluar el estado de preparación de las posiciones defensivas del reino en el Caribe, así como también familiarizarse con la situación local en un contexto de creciente influencia rusa en la región.
Los Países Bajos poseen medios desplegados en la zona de la Armada Real (Koninklijke Marine o KM), la Fuerza Aérea (Koninklijke Luchtmacht o KLu), el Ejército Real (Koninklijke Landmacht o KL), la Gendarmería Real (Koninklijke Marechaussee o KMar) y la Guardia Costera del Caribe Holandés (Kustwacht Caribisch Gebied o KCg).
La visita de la ministra incluyó la supervisión del ejercicio Hurex que involucró a más de 300 efectivos militares, medio navales y aéreos. Si bien las islas del Caribe Holandés tienen un alto grado de autonomía, Ámsterdam maneja la defensa de los territorios.
Sin embargo, recientemente, Rusia ha buscado aumentar sus lazos político militares en la región. En noviembre del 2022, el presidente ruso, Vladimir Putin, se reunió con el líder cubano, Miguel Diaz Canel, para relanzar el vínculo estratégico de ambos países. Esto llevó a que, unos días atrás, una delegación de más de 150 empresarios rusos visitara la isla, visita que culminó en la firma de protocolos y contratos para impulsar la producción de azúcar, de ron y el turismo. Los acuerdos prevén garantizar el acceso de la isla a trigo y petróleo ruso en un contexto de crecientes carencias para La Habana.
Desde 2022, Rusia ha asegurado que no descarta el establecimiento de unidades militares en Cuba y Venezuela. Si bien resulta de difícil implementación en el contexto de la guerra con Ucrania, no debe descartarse en un escenario post bélico. Cabe resaltar que un despliegue de material bélico en una zona de influencia estadounidense y Occidental sería un paso más en la mala relación presente.
La influencia rusa en la región, si bien limitada y episódica, es una fuente de preocupación para Estados Unidos y los países occidentales como los Países Bajos. En 2022, por ejemplo, Nicaragua autorizó la entrada de efectivos rusos al país para realizar entrenamiento y brindar asistencia local.
Por otro lado, Moscú tiene una larga historia de cooperación militar con Venezuela. Tanto es así que, a día de hoy, asesores, equipamiento y efectivos del grupo Wagner están presentes en territorio venezolano. A su vez, han sabido desplegarse en territorio americano contingentes navales y aviones bombarderos Tu-160 rusos con capacidad nuclear en varias ocasiones.
Los Países Bajos mantienen una activa presencia militar en la región al igual que otros países occidentales, incluyendo el Reino Unido, Francia y los Estados Unidos. Todos ellos poseen bases y realizan despliegues de Fuerzas Armadas en sus territorios caribeños. En un contexto de extrema tensión con Rusia desde la invasión a Ucrania en febrero de 2022, la consolidación de la defensa territorial y de zonas de influencia tiene y tendrá una importancia cada vez mayor.