El canciller alemán, Olaf Scholz, se encuentra actualmente en Nigeria en el que es su tercer viaje a África desde que inició su mandato en diciembre de 2021. El objetivo de este viaje será profundizar las relaciones económicas, principalmente en temas energéticos; la seguridad regional, especialmente el complicado clima que se vive en el Sahel; y la cooperación en asuntos globales como la protección del clima y la emigración a Europa.
La primera parada fue en el día de ayer Abuja, la capital de Nigeria, donde se reunió con el presidente de Nigeria, Bola Tinubu. El viaje siguió en Lagos, principal puerto comercial y ciudad más poblada del país. Nigeria es la economía más grande y el país más poblado del continente con 220 millones de habitantes. Nigeria es el segundo socio comercial de Alemania en el África subsahariana, con inversiones alemanas directas de unos 150 millones de euros en 2021. La última parada será hoy en Ghana, segunda economía de Africa Occidental.
El principal objetivo del viaje será abogar por la importación de gas natural desde Nigeria, país que tiene las mayores reservas de gas en África. Esto se da en un contexto internacional en el que Europa esta necesitada de energía ya que luego del inicio de la guerra en Ucrania y el empeoramiento de las relaciones ruso-europeas se ha suspendido el envió de gas y petróleo ruso a Europa, perdiendo así su principal fuente de abastecimiento. Si algo enseñó a los europeos este evento es la imperiosa necesidad de diversificar sus fuentes de suministro y evitar la dependencia de otras potencias.
Europa ha perdido el acceso al petróleo y el gas ruso, el primero puede ser comprado, a mayores costos que a Rusia, en el mercado libre internacional, en cambio el segundo generalmente requiere contratos a un mayor plazo y su transporte y comercialización es más complicada.
En este contexto África aparece como una opción interesante. Argelia está conectada a España e Italia a través de un gasoducto, el Medgaz. El sureste y el oeste de África cuentan con grandes reservas aún no explotadas del todo, mientras que Egipto y, próximamente, Senegal cuentan ya con reservas e infraestructuras para producir gas natural licuado (GNL), exportable y transportable por mar.
Actualmente, Alemania importa petróleo de Nigeria, pero no gas. En 2021 compró unos 1,200 millones de dólares de petróleo al país africano. En los preparativos del viaje también se habló de una posible apuesta alemana por la producción de hidrógeno verde en África, recurso de alto valor para la transición energética. Este tipo de combustible requiere grandes aportes de electricidad para su producción, algo que el rico potencial de energía solar africano puede generar de forma sostenible.
El primer viaje de Scholz al continente fue apenas unos meses luego de asumir cuando visitó Senegal, donde abogó por el desarrollo del petróleo offshore, Níger y Sudáfrica, tradicionalmente el socio más importante de Alemania en la región. En su segundo viaje, realizado en mayo de este año, pasó por Etiopía y Kenia. En este último visitó la central geotermal más grande del continente, también en vista a la eventual producción de hidrógeno verde.
África Occidental ha estado en una situación muy complicada durante los últimos años. La zona comprendida entre el desierto del Sahara y el golfo de Guinea es el origen de muchos de los migrantes que llegan a Europa ilegalmente. Aunque en los medios occidentales no se habla mucho de ello, la región es uno de los mayores y más mortíferos refugios del terror extremista islámico en el mundo con la presencia de la organización Boko Haram, infame globalmente por el secuestro de niños y su uso como soldados entre otras acciones delictivas.
Nigeria ha demostrado ser una de las democracias más estables, sobreviviendo desde su democratización en 1999 en una región asolada por los golpes de Estado. Actualmente enfrenta una crisis económica, con la inflación más alta en casi 20 años.
Nigeria es uno de los países con los que Scholz quiere facilitar mediante acuerdos la repatriación de los solicitantes de asilo no reconocidos, algo que la UE está negociando actualmente con varios países africanos. De enero a septiembre de este año, más de 1.800 nigerianos presentaron su primera solicitud de asilo en Alemania.
En el marco de la reactivación de las relaciones germano-africanas, Scholz no es el único miembro del Gobierno alemán de visita en el continente en los próximos días. La ministra del Interior, Nancy Faeser, está viajando hoy lunes a Marruecos junto con el representante especial para los Acuerdos de Migración, Joachim Stamp. También allí se tratará de alcanzar un acuerdo que facilite las deportaciones al mismo tiempo que facilita la inmigración de trabajadores cualificados.
A la vez, el presidente alemán, que tiene un rol más ceremonial que ejecutivo, Frank-Walter Steinmeier viaja a Zambia y Tanzania. La Oficina de la Presidencia destacó que Steinmeier realiza este viaje en total consonancia con los objetivos de Scholz.
Por otro lado, Scholz anunció que Europa trabajaría para restablecer las exportaciones de grano a África. No se trata solo de caridad humanitaria sino de una decisión inteligente en persecución de intereses. De esta manera se consolida la asociación África-Europa y se intenta contrarrestar la influencia de Rusia en el continente. Africa depende mucho más que el resto del mundo de las exportaciones de alimentos de Rusia y Ucrania: 25 países importan más de un tercio de su trigo de ambos; y 15, más de la mitad.