El pasado 5 de marzo, en el marco del 14° Congreso Nacional del Partido Comunista Chino, se anunció un aumento del 7,2% en el gasto militar para 2024. Según las cifras oficiales, se destinarán unos $236 mil millones de dólares manteniendo el gasto de defensa chino como el segundo más grande del mundo después de Estados Unidos. Sin embargo, crecientemente surgen más dudas de que el presupuesto publicado por Beijing sea confiable.
Todo parece indicar que su gasto militar sería mucho más grande y más potente que lo estimado previamente.
Hace algunos meses el senador republicano Dan Sullivan, afirmó en un discurso en el Senado estadounidense que: “ellos (los funcionarios de inteligencia) estiman que el verdadero presupuesto chino, en términos militares, probablemente esté cerca de los 700 mil millones de dólares”.
Si esto es cierto, la distancia en el gasto militar entre las dos grandes superpotencias del presente sería mucho más corta de lo que el mundo piensa.
El senador no está solo en sus declaraciones, el Departamento de Defensa ha venido alertando con creciente preocupación desde hace dos décadas que los números publicados por Beijing son consistentemente subrepresentados y subdeclarados. Ya en el año 2002 el Pentágono afirmaba que el presupuesto era 4 veces superior al declarado; en 2021 fuentes oficiales declararon que podría ser entre 1 y 2 veces las cifras conocidas internacionalmente. Pero no solo hay que considerar el gasto solo en términos nominales, sino que hay que analizar en que se destinan los recursos.
Si tomamos en cuenta el indicador de paridad de poder adquisitivo entre el dólar y el yuan, expertos aseguran que Beijing está consiguiendo mucho más por el mismo dinero que los Estados Unidos.
Tomemos por ejemplo los salarios de sus uniformados. Mientras que el sueldo de un soldado chino que entra a la fuerza es de 108 dólares al mes, su homólogo estadounidense recibe unos 1.900 dólares por mes. La diferencia de dinero que no se está gastando en personal en China, se puede destinar a adquisición de capacidades militares, modernización e investigación y desarrollo. Si los nuevos cálculos del gasto militar chino son reales y estuviéramos hablando de un gasto de 700 mil millones de dólares anuales, esto representaría un 4% del PBI del país.
Beijing no incluye en su presupuesto los mismos ítems que Estados Unidos, algo que podría explicar la subdeclaración. Según Meia Nouwens, investigadora principal del Instituto Internacional de Estudios Estratégicos, no se suman al total publicado:
- El programa espacial gestionado por las Fuerzas Armadas;
- Los fondos de movilización;
- Los costos operativos de las bases militares provinciales;
- Las pensiones y beneficios militares;
- Los esfuerzos de investigación y desarrollo de doble uso;
- Las organizaciones paramilitares como la Policía Armada Popular y la Guardia Costera.
El Congreso de los Estados Unidos aprobó para 2024 un presupuesto nominal de 886 mil millones de dólares, un récord histórico en términos nominales. Pero, si se analizan los datos se pueden apreciar severas diferencias en términos reales.
Si se mide el gasto militar en términos del PBI, el gasto de Washington en 2023 fue de aproximadamente 3,1% de su producto. Este es un guarismo históricamente bajo, habiendo estado en ese nivel en solo dos momentos en los últimos 80 años, antes de la Segunda Guerra Mundial y a finales de los años 1990 luego del final de la Guerra Fría. El análisis de la realidad muestra que la inversión militar no ha acompañado el crecimiento económico.
Internacionalmente ha existido un consenso en los últimos años que el crecimiento económico de China está en una trayectoria ascendente que podría llegar a alcanzar o quizás superar a Estados Unidos. Sin embargo, la diferencia en términos militares siempre ha sido muy amplia. Aún considerando la modernización y expansión de las Fuerzas Armadas chinas, se estimaba que esa distancia se mantuviera dada la amplitud de la ventaja en el gasto de los Estados Unidos. Si las nuevas estimaciones son correctas, la capacidad de crecimiento y mejora de las Fuerzas Armadas chinas es muy superior a la esperada.
Es cierto que China todavía no posee sistemas de armas claves con los que sí cuenta Estados Unidos, como una gran flota de submarinos nucleares, 11 portaaviones o un arsenal nuclear con miles de ojivas nucleares, pero tiene el potencial de crecimiento. Debemos empezar a considerar que la paridad entre ambas superpotencias podría estar más cerca de lo que se piensa.
China está acortando a gran velocidad la distancia que la separa de Washington, teniendo a su disposición grandes cantidades de recursos y una determinación política para su gasto efectivo en mejorar su Defensa y Fuerzas Armadas.