Una investigación del Financial Times, la cual analiza los reportes anuales de 600 empresas europeas, encontró que 176 compañías registraron gastos excepcionales como resultado de la venta, cierre o reducción de sus negocios en Rusia desde el inicio de la invasión de Ucrania en febrero del 2022. Cabe resaltar que estas pérdidas, que superan los 100.000 millones de dólares en total, no incluyen otro tipo de impactos macroeconómicos indirectos de la guerra, como los aumentos en los costos de la energía y en el precio de las commodities.
Casi el 50% de las 1.871 empresas de propiedad europea que operaban en Rusia al empezar la guerra en Ucrania abandonó sus actividades en el gigante euroasiático. Entre ellas, se encuentran gigantes como IKEA, Adidas o Continental. “Incluso si una empresa pierde mucho dinero al salir de Rusia, los que se quedan corren el riesgo de pérdidas mucho mayores”, dijo Nabi Abdullaev, de la consultora estratégica Control Risks.
Según lo reportado por el Financial Times, el sector que registró mayores pérdidas en sus operaciones rusas es el energético. Solo 3 compañías, British Petrol, Shell y Total Energies, son responsables por más del 40% de las pérdidas medidas por Financial Times. Sin embargo, las pérdidas del sector hidrocarburífero son ampliamente compensadas por los aumentos en los precios del petróleo y el gas, que permitieron a estos grupos económicos reportar ganancias que superan las esperadas.
Cabe resaltar que las compañías de defensa son el otro sector que ha visto sus rendimientos incrementados desde el inicio de las hostilidades en Ucrania.
Empresas de servicios públicos son las que siguen en el segundo lugar de la lista al ser responsables por 14.000 millones de las pérdidas que constan en el reporte. Empresas automotrices e industrias pesadas francesas y alemanas sufrieron costes extraordinarios de 13.000 millones de dólares, mientras que el sector bancario y financiero, principalmente Société Générale y Raiffeisen, perdió 17.000 millones de dólares.
La empresa individual más afectada fue British Petrol, que tres días después del inicio de la invasión vendió su 20% de la rusa Rosneft, perdiendo 25.000 millones de dólares que esperaba ganar por sus operaciones en Rusia.
Entre las automotrices, Renault, fue la más golpeada en el sector, con 2.300 millones de dólares en pérdidas. La que le sigue es Volkswagen, que registró reducciones por 2.000 millones de dólares, y que en mayo de este año recibió la aprobación de Moscú para concretar la venta de sus activos rusos, entre los cuáles se encuentra una planta que emplea a 4.000 personas.
Los grupos que aún operan en Rusia, como Pepsi, Philip Morris o Nestlé, están tomando una apuesta de alto riesgo. Desde el comienzo de la guerra en Ucrania, las reglas de salida se volvieron más estrictas y extraer dividendos de estos negocios se ha vuelto casi imposible.
Además, parece que las expropiaciones son el nuevo paso en la guerra económica entre los países occidentales y Rusia. El mes pasado, a este respecto, se anunció la expropiación de los activos rusos de la empresa francesa Danone y de la danesa Carlsberg. Los beneficiarios de estas maniobras parecen ser, siguiendo con las prácticas oligárquicas rusas, seguidores de Putin, como el sobrino del señor de la guerra checheno, Ramzan Kadyrov, que se quedará con la filial rusa de Danone.
Luego de las ventas forzadas en las fases iniciales del conflicto, la expropiación oficial representa una escalada de las represalias de Rusia contra las sanciones occidentales y la ayuda militar a Ucrania.