El Secretario de Defensa de Trump viajó esta semana al país centroamericano para reafirmar el control estadounidense sobre el Canal de Panamá. Tras arribar el lunes por la noche, se reunió el martes con el presidente José Raúl Mulino. Este último, ha negado en reiteradas ocasiones que Beijing influya en el funcionamiento del canal, e insiste en que es «y seguirá siendo de Panamá».
Luego de mantener conversaciones con el gobierno local, Hegseth prometió fortalecer la cooperación en materia de seguridad con las autoridades panameñas, advirtiendo que Washington no le permitirá a China «utilizar el canal como arma». En esta línea, el funcionario de Trump sostuvo que «las empresas chinas siguen teniendo control sobre la infraestructura crítica en la zona del canal», lo que le daría a Bejing capacidad de realizar actividades de espionaje.
Tras las acusaciones de Donald Trump sobre la influencia china en la ruta interocéanica, la delegación de Beijing en Panamá sostuvo en un comunicado que «China nunca ha estado involucrada en la gestión y operación del Canal de Panamá, ni jamás ha interferido en los asuntos del canal».
Pete Hegseth es el primer Secretario de Defensa en visitar Panamá en décadas, y el segundo funcionario de alto rango que llega al país tras el regreso de Trump a la Casa Blanca. El primero fue Marco Rubio, del Departamento de Estado, quien se reunió con el gobierno panameño en el mes de febrero. En aquella oportunidad, la máxima autoridad diplomática de Washington le dio un ultimátum al presidente Mulino, advirtiéndole que Estados Unidos tomaría las medidas necesarias si Panamá no emprendía «acciones inmediatas para poner fin a la influencia y el control del Partido Comunista Chino sobre el canal».

Tras la presión ejercida por Washington, el mandatario centroamericano resolvió sacar al país de la Iniciativa de la Franja y la Ruta, a la que Panamá se había adherido en 2017, y ordenó una auditoría para revisar una concesión a 25 años (renovada en 2021) para la operación de puertos en ambos extremos del canal, al conglomerado empresarial chino CK Hutchison Holdings, con sede en Hong Kong. Del mismo modo, se mostró dispuesto a colaborar con la administración Trump en el marco de su política migratoria.