Esta mañana, un TC-12B Huron de la Escuadrilla Aeronaval de Vigilancia Marítima despegó desde la Base Naval Río Grande, en Tierra del Fuego, con dirección a la Antártida, acompañado de un avión de exploración de largo alcance P-3C Orión. Alrededor de las 05:00 de la madrugada, el TC-12B Huron efectuó el aterrizaje estipulado, luego de que el P-3C Orión verificara desde el aire las condiciones meteorológicas.
Una vez aterrizado, el TC-12B permaneció en el lugar para llevar a cabo el reabastecimiento del combustible necesario para emprender la vuelta. Un par de horas más tarde, despegó en dirección a Río Grande, habiendo cumplido un importante objetivo de la Armada, que luego de un año de enormes esfuerzos en materia de adiestramiento y alistamiento, volvió a aterrizar en la Antártida por primera vez en 51 años. La última vez había sido en 1973, con un Twin Otter.
Para concretar la misión, fue necesario el apoyo del P-3C Orión, incorporado a la Armada en septiembre de este año, como parte de un contrato por cuatro aeronaves con capacidad de exploración de largo alcance, así como vigilancia y control del espacio marítimo. El P-3C acompañó al TC-12B en sus trayectos de ida y vuelta, sin aterrizar, proporcionando apoyo SAR (búsqueda y rescate).
Esta operación constituye el segundo aterrizaje efectuado en la Base Conjunta Petrel, desde el comienzo de los trabajos de ampliación de la pista, inaugurada en junio de este año por un SAAB 340 de la Fuerza Aérea. Esto último se enmarca dentro del proceso de remodelación de la Base Petrel, con el objetivo de convertirla en un polo logístico para el despliegue de la Argentina en el continente blanco.