Las juntas militares golpistas de Mali, Burkina Faso y Níger han decidido firmar un acuerdo de defensa colectiva, qué, entre algunos de sus objetivos, plantea combatir el terrorismo yihadista y cualquier insurrección que pueda poner en jaque los intereses de los tres países. Entienden entonces que enfrentan problemáticas comunes, como la proliferación de grupos terroristas, las amenazas revolucionarias y la confrontación con la Comunidad de Estados del África Occidental (CEDEAO) y las grandes potencias.
Es importante remarcar los artículos 2, 4, 5 y 6 del tratado:
Artículo 2: Establecimiento de una arquitectura de defensa colectiva y de asistencia mutua;
Artículo 4: Compromiso a combatir el terrorismo en todas sus formas y la delincuencia organizada;
Artículo 5: Prevención, gestión y solución de cualquier rebelión armada u otra amenaza que afecta a la integridad del territorio y la soberanía;
Artículo 6: Cualquier ataque a la soberanía o la integridad territorial de una o más de las partes será considerada como una agresión contra las otras y comprometerá un deber de asistencia incluido el uso de la fuerza militar.
El ministro de relaciones exteriores de Mali, Abdoulaye Diop, declaró que “esta alianza será una combinación de los esfuerzos económicos y militares entre los tres países. Nuestra prioridad es la lucha contra el terrorismo en los tres países”. Además, el coronel Assimi Goita, líder de la junta y presidente de Mali, se expresó a través de la red social X:
J’ai signé ce jour avec les Chefs d’Etat du Burkina Faso et du Niger la Charte du Liptako-Gourma instituant l’Alliance des États du Sahel (AES) ayant pour objectif d’établir une architecture de défense collective et d’assistance mutuelle au bénéfice de nos populations. pic.twitter.com/IjT43NHrKs
— Colonel Assimi GOITA (@GoitaAssimi) September 16, 2023
Esta alianza cae evidentemente para hacerle frente a las amenazas de intervención que ha recibido Níger desde la CEDEAO. Esta había planteado un ultimátum a la junta militar golpista de Níger, dándoles un corto tiempo para reestablecer a Bazoum, presidente depuesto, nuevamente al mando del país. Aun así, desde la junta militar no aceptaron la amenaza, y luego fueron respaldados por los gobiernos de Mali y Burkina Faso, con los que este pasado sábado firmaron la alianza. A este respaldo hace referencia el artículo 6, mencionado anteriormente.
Se podría decir que la Alianza de Estados del Sahel se asemeja y mucho al oxidado G-5 del Sahel. Este grupo ha sido descrito como un mecanismo de cooperación y coordinación de políticas de seguridad en el Sahel y el Sahara, integrado por Mali, Burkina Faso, Níger, Chad y Mauritania. Aun así, luego del rompimiento de Mali en 2022, los golpes en Burkina Faso y Níger, y la nueva alianza militar, el G5 parece haber quedado obsoleto. Lo que hacía a este grupo tan particular era el constante dialogo con Francia, antigua potencia colonizadora de los países miembro.
Esta postura antioccidentaly, principalmente, antifrancesa, se evidencia claramente en los países miembro de la nueva alianza. Desde ya varios años que en las sociedades sahelianas se buscaba romper los lazos con los franceses. Tal es así que los golpes de estado, claramente antifranceses, fueron celebrados. Esto ha generado el acercamiento con Rusia: el viceministro de defensa ruso, Yunus-Bek Evkurov, participó en una reunión entre los ministros de defensa de la alianza. También asistió el general Andrei Averyanov, miembro del GRU, servicio de inteligencia militar de la Federación Rusa.
Ibroh Amadou Bacharou, coronel nigerino, luego de una manifestación en contra del ejército francés
Para esta alianza, tanto el acercamiento a Rusia como una futura amistad con China son de extrema importancia. Primero y principal, las fuerzas armadas de Mali, Níger y Burkina Faso rankean 110, 119 y 121 en la entrega anual de Global Firepower, que mide las capacidades militares de los países. Como contracara, el ejército francés es hoy el noveno del mundo en este ranking. A su vez, Nigeria, país limítrofe con Níger y principal país de la CEDEAO, cuenta con 160 mil efectivos en sus tropas, mientras que su vecino no llega a los 11 mil.
Además, se enfrentan a amenazas muy desgastantes, tanto en el aspecto psicofísico como en el aspecto económico. Las Tres Fronteras es la zona de mayor proliferación yihadista. En este rectángulo imaginario, que confluyen seis grupos terroristas de gran presencia y actividad, se encuentran las capitales de Burkina Faso, Uagadugú y de Níger, Niamey. Incluso ciudades importantes para el (pequeño) desarrollo económico de los tres países caen en esta “frontera”.
Sumado a eso, Mali lucha contra las fuerzas revolucionarias de Azawad en el norte del país. Técnicamente, según el acuerdo, las fuerzas armadas de Burkina Faso y Níger deberían asistir a Mali en su cruzada contra las fuerzas tuareg. Es por eso que es importante el artículo 5 del tratado, y que la palabra “rebelión” no está escrita por que sí. Sumado a esto, no es menor que la firma del tratado se haya llevado a cabo en la capital maliense, que pareciera ser el “líder” del grupo.
Entre tantos frentes abiertos y la poca capacidad (y presupuesto) de la Alianza, esta busca aliados regionales para poder expandir el grupo y su potencial influencia. Las juntas han mostrado cierta relación de amistad con el presidente de facto de Guinea, Mamady Doumbouya, que a pesar de haber condenado la potencial intervención militar de la CEDEAO en Níger, no se ha querido unir al grupo. A su vez, los lideres están expectantes de lo que puede llegar a hacer el nuevo gobierno militar de Gabón, ya que ha mostrado una clara postura antifrancesa y antioccidental. Aun así, no hay indicios de que podría realizar su nuevo presidente.
Es por eso qué, al firmar el pacto, se incluyo una cláusula para las potenciales entradas de nuevos estados parte:
Artículo 11:
La Carta está abierta a cualquier otro Estado que comparta las mismas realidades geográficas, políticas y socioculturales que acepte los objetivos de la Alianza. La solicitud de membresía es aceptada por unanimidad de los miembros.