Georgia es un país a las costas del Mar Negro y ubicado geográficamente en el Cáucaso Sur. Desde 1921 a 1991 fue la República Socialista Soviética de Georgia, perteneciente a la Unión Soviética. Por lo cual está considerado dentro del espacio postsoviético, en el cual Rusia influye geopolíticamente de manera directa. Es un país que, luego de la disolución de la URSS, fue azotado por guerras civiles iniciadas por regiones separatistas, Abjasia y Osetia del Sur, que fueron respaldadas por Rusia, y luego una guerra directa con Rusia en 2008 por la región de Osetia del Sur.
En la historia reciente, Georgia tuvo acercamientos a Occidente. En 2004 pidió la adhesión a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), y fue seriamente considerada hasta la invasión rusa al norte georgiano en 2008, ya que Rusia se sentía amenazada por el potencial ingreso de Georgia a la organización. Además, luego de varios coqueteos con la Unión Europea (UE), en el 2022 solicitó su ingreso a la UE, luego de la invasión rusa a Ucrania. Igualmente, a partir del año pasado tuvo mayores acercamientos a Rusia y la nueva Ley de Agentes Extranjeros es la gran evidencia.
¿Qué significa esta nueva Ley de Agentes Extranjeros? Según el gobierno, Georgia necesitaba de una ley que regule la transparencia de la actividad de agentes extranjeros. Esto significa que si un medio de comunicación o una organización no gubernamental recibe el 20% o más de financiación desde el extranjero debe registrarse como “agente de influencia extranjera”. A su vez, esto permite que el Ministerio de Justicia puede exigir información y auditar a su gusto a los medios u organizaciones que estén bajo esta categoría. Desde la oposición llaman a esta ley como la “ley rusa”, ya que está inspirada en una ley que utiliza el Kremlin desde el 2012.
Esto significa un viraje geopolítico del gobierno georgiano, que había mostrado acercamientos a la UE y OTAN hasta 2022, pero que por la influencia del fundador del partido gobernante, el gobierno se ha vuelto cada vez más prorruso. Sueño Georgiano, Partido gobernante, quiso también introducir esta ley en 2023, pero debido a las masivas protestas en todo el país tuvo que desestimarla. Ahora, a pesar de las 50 mil personas protestando en la capital Tiflis, el Parlamento aprobó la tercera y ultima lectura del proyecto.
Protestas proeuropeas y antirrusas en Tiflis, Georgia.
La presidenta del país, Salome Zourabichvili, vetó la decisión del Parlamento, pero esta medida puede no ser suficiente para desestimar la ley, ya que el gobierno cree tener los votos necesarios para que el Parlamento rechace el veto presidencial. Toda esta situación derivó en una enorme cantidad de manifestantes en las calles y desde hace semanas. Los manifestantes son principalmente jóvenes que buscan que su país se adhiera a la Unión Europea y tenga lazos profundos con Occidente. El gobierno ha disuelto las manifestaciones con muchísima más violencia que en el pasado. Desde arrestos y gases lacrimógenos a cañones de agua y balas de goma.
El por qué de las manifestaciones se debe a qué bajo los estándares de la Unión Europea, esta ley es inadmisible, por lo cual si es aprobada e implementada, Georgia tendría muchas menos chances de ingresar a la UE. Es muy importante remarcar qué, según encuestas, el 80% de la población georgiana quiere ingresar a la Unión. El problema es porque la ley rusa en la cual se inspira este proyecto, le ha permitido al Kremlin reprimir la disidencia con mayor facilidad. Incluso ya activistas, periodistas y opositores georgianos han denunciado amenazas, acosos e intimidaciones por ser críticos del proyecto y del gobierno.
Josep Borrell, el Alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, declaró que “La adopción de esta ley impacta negativamente el progreso de Georgia en el camino hacia la UE. La elección del camino a seguir está en manos de Georgia. Instamos a las autoridades georgianas a que retiren la ley”. A su vez, en Washington están muy preocupados por esta situación y por la similitud de esta ley con la del Kremlin. “Si se aprueba esta legislación, nos obligará a reevaluar fundamentalmente nuestra relación con Georgia”, manifestó Katherine Jean-Pierre, secretaría de prensa de la Casa Blanca.