Nuevamente, los hechos en Medio Oriente afectan a la política estadounidense. El ataque organizado por el grupo terrorista Hamas y la contraofensiva del gobierno israelí estarán presente en el debate político en las próximas semanas y meses.
Se dio a conocer que Joe Biden tuvo una conversación telefónica con Benjamin Netanyahu, primer ministro de Israel, el domingo pasado. La Casa Blanca ha comunicado que ambos líderes se comprometieron a mantener un contacto regular en los próximos días. El presidente norteamericano declaró posteriormente: “Los vínculos entre Israel y Estados Unidos son profundos…los americanos estamos hombro con hombro con los israelís.” Y agregó “Estados Unidos y el Estado de Israel son compañeros inseparables.”
Las declaraciones del mandatario fueron contundentes, y lo que llama la atención es que, hasta hace poco, los gobiernos de Biden y Netantahu no tenían la mejor relación. Por supuesto que en contexto de guerra y de campaña electoral en Estados Unidos, Biden se vio obligado a emitir ciertas declaraciones. Incluso, a diferencia de Benny Gantz, ex ministro de defensa israelí y líder de la oposición, Netanyahu aún no ha visitado la Casa Blanca. No obstante, se espera que el primer ministro visite los Estados Unidos antes de fin de año.
Biden se ve obligado a proteger sus intereses y su imagen. Más aún con una oposición que lo cataloga como “viejo y débil.” El exmandatario Donald Trump, no tardó en criticar al actual presidente: “Joe Biden traicionó a Israel, traicionó a nuestro país. Como presidente, volveré a estar al lado de Israel.” Una nueva crisis en el extranjero alimenta la idea de que el mundo está descontrolado, y con Biden a la cabeza hay muchas más dudas que certezas.
Otros actores políticos han intentado aprovechar la situación en Medio Oriente, así como Michael Lawler, miembro del partido republicano, quien se refirió al caos que atraviesa la cámara luego de la destitución del presidente, Kevin Mccarthy, lo cual pone en duda la habilidad del Congreso para afrontar la situación.
Lawler declaró: “Dada la situación en Medio Oriente con uno de nuestros aliados más cercanos, es fundamental que pongamos fin a esto rápidamente. Y por eso creo que es imperativo que se ponga fin a este sinsentido, y que Kevin McCarthy sea restituido como presidente de la cámara.”
El ataque de Hamas también afectó las políticas internas del partido demócrata. En la carrera por el senado en California, solo uno de los tres candidatos, Adam Schiff se pronunció expresamente a favor de Israel. Por su parte, Katie Porter condenó la pérdida de vidas de ambos lados y Barbara Lee pidió cese al fuego y ofreció sus plegarias para israelíes y palestinos.
Más allá de las repercusiones de los hechos en la política norteamericana y de cómo fueron utilizados, la pregunta central es si Estados Unidos puede liderar otra crisis global, teniendo en cuenta sus crecientes tensiones en las esferas política y social.