Llegar a un acuerdo respecto al límite de deuda es un tema de suma importancia para Estados Unidos. La secretaría del Tesoro, Jenet Yellen, ya advirtió que el límite para alcanzar dicho límite es el 1 de junio, por lo que el tiempo es cada vez más escaso. Sin embargo, las negociaciones no están fluyendo como se esperaba.
El pasado viernes, negociadores de que responden a Joe Biden en la Casa Blanca y de Kevin McCarthy, republicano presidente de la Cámara de Representantes, se reunieron para llegar a un acuerdo respecto al límite de deuda. Los resultados no fueron óptimos. Los negociadores republicanos se retiraron de la reunión argumentando que la Casa Blanca estaba siendo “irrazonable”.
Garret Graves, miembro de la Cámara de Representantes, comunicó que las negociaciones se encuentran en pausa. Además, expresó que, a menos que la Casa Blanca esté dispuesta a tener conversaciones razonables para hacer lo correcto, los republicanos no van a sentarse a hablar con ellos.
Cabe resaltar que, más tarde en el día, los negociadores volvieron a reunirse, dando lugar a una segunda vuelta de negociación, pero no lograron ningún acuerdo. McCarthy comunicó que la frustrante situación fue creada porque los demócratas piensan que van a gastar más dinero el próximo año del que gastaron este año.
Así las cosas, las negociaciones fallidas ya tuvieron efectos en el mercado. Recientemente hubo una caída en las acciones, con una pérdida de aproximadamente 0,8% en el índice de S&P 500. Esto refleja un cambio en el optimismo de días anteriores.
Las posiciones de ambos partidos se mostraron inflexibles desde un comienzo. Los republicanos se niegan a negociar un nuevo límite sin incluir una disminución en el gasto público. Mientras tanto, los demócratas no están dispuestos a llegar a un acuerdo a costa del gasto público necesario para realizar sus medidas.
Si bien Joe Biden se mostró abierto a hacer algunas concesiones, estas no fueron apoyadas por miembros de su partido. Como parte del acuerdo, el presidente está dispuesto a expandir algunos requisitos laborales, siempre y cuando estos no impacten a los programas de salud.
Siendo optimista, Biden comunicó que se va a llegar a un acuerdo porque no hay otra alternativa. Lograr un acuerdo es de tal importancia que el presidente canceló la segunda parte de su viaje por Asia para poder negociar la deuda.
Previamente, McCarthy también se mostraba optimista respecto a las negociaciones. Antes de las negociaciones, había expresado que, en las últimas semanas, se encontraban en un lugar mucho mejor, pues habían colocado a las personas correctas para discutir el problema. Sin embargo, lo sucedido el viernes causó un cambio en su posición, y ahora acusa a la Casa Blanca de no “generar movimiento» para poder acordar.
Si ninguno de los partidos resigna algún aspecto o no logran llegar a un punto medio, el país se encontrará con graves dificultades económicas. Caer en default de deuda o no depende de que los conflictos bipartidistas puedan ser resueltos en las próximas semanas.
La historia nos muestra que se trata de un problema recurrente. En total, el Congreso aumentó el límite de deuda 78 veces desde 1960. En muchos de estos casos, la resolución llegó, en algunas ocasiones, pocas horas antes de que la fecha límite sea alcanzada. Se espera que los problemas políticos actuales no causen una situación sin precedentes, pero lograrlo requiere esfuerzos de ambas partes.