Desde finales de Mayo Taiwán tiene un nuevo presidente, y su llegada al poder ah sido intranquila. Y, como no podía ser de otra manera, el Ejército Popular de Liberación (EPL) llevo a cabo durante días las mayores maniobras militares que se llevaron en torno a la isla, en señal de clara advertencia.
Esto se dió, entre otras cosas, debido a que Lai Ching Te en su discurso de investidura dejo claro que se refirió a su nación como un país. Concretamente menciono que los nombres de ambos países son perfectamente intercambiables entre si, y si bien en primera instancia no supone algo problemático, para Pekín supone un marco teórico inaceptable.
Bajo la lógica de Lai Ching Te, es menester defender el concepto de los dos estados, que niega que Taiwán sea China, y desde Pekín dejo siempre en claro que, si declaran su independencia o algo semejante, eso es causal suficiente para declarar la guerra. Por ello, no les haría gracia alguna en modificar el nombre de la republica de china por Taiwán ya que eso forjaría un pensamiento de independencia y libertad en la isla, salvo que eso, ya existe.
Las dos terceras partes de la población total de los taiwaneses se consideran como tal en todos los estrados sociales y no chinos. Básicamente, el sudeste asiático presencia constantemente el hostigamiento de China contra la población de Taiwán, cuya sociedad es, probablemente, la más libre de Asia en cuando a derechos civiles se refiere. El percance es que la propia legislación internacional contempla que Taiwán es esencialmente parte de China, mediante una resolución que fue aprobada en 1971 con el visto bueno del presidente Richard Nixon.
Si bien, no se tuvo en cuenta a la población taiwanesa en ese entonces, Taiwán no era un lugar libre sino, que estaba doblegado por una dictadura que reconoció la existencia de una única nación.
Mientras que la China continental sigue siendo una clara dictadura, Taiwán se convirtió en una de las naciones más libres del mundo. También ah surgido en la isla de forma natural un sentimiento de identidad propia que les resulta lógico. Básicamente, sus ciudadanos observan constantemente aquellas naciones que prosperan sin perder libertad alguna.
Probablemente desde occidente se debería haber puesto en valor las defensas mas asertivas hacia Taiwán o Hong Kong y puede que ahora sea tarde.
Si bien, la administración de Biden manifestó ser amigos de Taiwán, decreto que los Estados unidos no apoyarán la independencia de Taiwán ni defenderán los intereses de la isla. Claro está que, en sus constantes contradicciones, aseguro una incursión a la isla si la nación China pone un pie sobre aquella isla. Y probablemente sea la única solución hoy por hoy. Preservar el estado actual de la isla a cambio de garantizar su protección.