En lo que constituye un hecho histórico, el Reino Unido acordó ceder a la República de Mauricio la soberanía del Archipiélago de Chagos, reservándose derechos sobre la isla Diego García, enclave estratégico donde funciona desde los años 70 una base militar británica-estadounidense.
El gobierno de Mauricio, país ubicado al sur de África, sostuvo durante décadas un reclamo de soberanía sobre Chagos, luego de que el Reino Unido lo obligara a ceder el archipiélago a cambio de su independencia, desplazando a los pobladores locales. De este modo, los esfuerzos diplomáticos llevados a cabo por Mauricio durante años culminaron exitosamente el día de hoy.
Debido a sus similitudes con el caso de las Islas Malvinas, que desde 1833 se encuentran bajo ocupación británica, las comparaciones no tardaron en llegar. Ante esta situación, el Reino Unido no dudó en tomar recaudos. En esta línea, la funcionaria británica a cargo del control de las islas hizo pública una declaración en la que afirma que ambos casos son diferentes.
Me gustaría aclarar que el contexto legal e histórico del Archipiélago de Chagos y las Falklands (Islas Malvinas) son muy diferentes, el gobierno del Reino Unido sigue comprometido con la defensa del derecho de autodeterminación de los isleños. El compromiso de defender la soberanía británica permanece intacto.
Al margen del comunicado, las similitudes entre ambas situaciones están a la vista. No obstante, la cuestión Malvinas encierra intereses geopolíticos más delicados, y si bien el Reino Unido cedió Chagos al gobierno de Mauricio, se reservó derechos de soberanía sobre la Isla Diego García, donde opera una base militar. De este modo, el gobierno británico devolvió el Archipiélago pero sin renunciar a este importante activo en la zona, que integra su lista de territorios de ultramar, que funcionan como enclaves estratégicos del Reino Unido. Este elemento no debe perderse de vista para analizar posibles escenarios futuros en torno a la cuestión Malvinas.