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Tren de Aragua y el fentanilo: dos grandes preocupaciones que mantienen en alerta a Uruguay

El gobierno uruguayo, a través de su Ministro del Interior Nicolas Martinelli, planteó en la Cumbre Latinoamericana de Seguridad realizada en Guayaquil su preocupación por la posible instalación del grupo criminal Tren de Aragua y la propagación del consumo del fentanilo.

Publicado el 28 de agosto de 2024 por Valentino Dualde
Tren de Aragua y el fentanilo: dos grandes preocupaciones que mantienen en alerta a Uruguay

El grupo criminal Tren de Aragua podría estar buscando establecerse en territorio uruguayo, lo que ha encendido las alarmas de las autoridades locales. Dicho grupo es oriundo de la cárcel de Tocorón en el estado de Aragua (Venezuela), y es conocido por sus actividades delictivas en varios países de América latina. Han participado en el tráfico de drogas, secuestros, extorsiones, trata de personas y homicidios.

Su posible incursión en Uruguay representa una amenaza significativa para la seguridad nacional. Si bien la policía uruguaya asegura que todavía no han llegado al país, el ministro Martinelli considera vital la toma de medidas contundentes para prevenir la llegada de este grupo criminal como el reforzamiento de las fuerzas de seguridad en zonas fronterizas y puntos clave donde podrían establecerse estas organizaciones delictivas.

En la cumbre de seguridad, Martinelli también destacó que Uruguay está adoptando un enfoque que equilibra la represión del crimen con la prevención, mejorando la capacitación de la policía y empleando tecnologías avanzadas como el sistema Shotspotter para detectar el origen de disparos.

Posible llegada del fentanilo

Por otro lado, es importante hacer énfasis en el impacto potencial que podría tener la introducción del fentanilo en Uruguay, una droga que ya ha sido responsable de numerosas muertes en otros países debido a su alta toxicidad y facilidad de producción.

La llegada de esta sustancia al país no solo representaría un riesgo para la salud pública, sino que también podría alimentar otros delitos relacionados con el narcotráfico ya que se ha convertido en una mercancía altamente lucrativa para las organizaciones criminales, debido a su alta demanda y a la facilidad con la que se puede distribuir.

La dependencia a opioides puede llevar al deterioro de las relaciones familiares, al desempleo, al aumento de la delincuencia menor, como robos para financiar la adicción, y a la marginalización de grandes segmentos de la población. Esto crea un ciclo vicioso de pobreza, desesperanza y criminalidad.

Sin embargo, el fiscal de Estupefacientes de Uruguay, Rodrigo Morosoli, afirma que en Uruguay “no existe ningún mercado de fentanilo” y que los casos encontrados corresponden a “consumo problemático” por parte del detenido.

Para la tranquilidad uruguaya, las investigaciones apuntan a que las ampollas de fentanilo salieron de centros de salud, donde es utilizado para tratar dolores severos, especialmente en pacientes con cáncer.

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