Esta semana, el líder republicano brindó unos cuantos adelantos de la impronta diplomática que tendrá su gobierno, con polémicas declaraciones en torno al Canal de Panamá, y la posesión de Groenlandia, isla del Ártico incorporada a Dinamarca como territorio de ultramar.

A través de su red social, «Truth», Trump lanzó reiteradas amenazas sobre retomar el control de EEUU en el Canal de Panamá, transferido por Washington al gobierno panameño a finales del siglo XX. En este sentido, afirmó que Estados Unidos debería recuperar el control de la vía fluvial debido a que Panamá estaba cobrando demasiado a los transportistas por usarla, y aseguró que no permitirá que el Canal caiga en «manos equivocadas», refiriéndose a la posible influencia china en la zona.

Estos dichos guardan relación con la política exterior que se espera de la nueva administración hacia América Latina, región en la que Trump buscará reafirmar el control estadounidense frente a la expansión comercial de China. En este marco, el control de las vías comerciales es crucial, y lo es aún más frente al creciente despliegue de infraestructura destinada al comercio llevado a cabo por empresas chinas en la región. Un ejemplo de esto es el Puerto de aguas profundas de Chancay, inaugurado hace algunas semanas. En cuanto al Canal de Panamá, China se erige como el segundo usuario principal del mismo, y una subsidiaria del conglomerado empresarial CK Hutchison Holdings, con sede en Honk Kong, ha administrado durante un largo tiempo dos puertos situados en las entradas del canal.

Luego de las declaraciones de Trump, el presidente panameño emitió un comunicado afirmando impetuosamente que la vía es de Panamá y que lo seguirá siendo, tras lo cual el presidente electo de EEUU respondió en sus redes: «ya veremos».

Trump nuevamente pone el ojo en Groenlandia

Luego de la polémica por el Canal de Panamá, Trump señaló que Estados Unidos debería comprar Groenlandia, isla del Ártico incorporada al reino de Dinamarca en calidad de territorio de ultramar. En los últimos años, se ha encaminado a convertirse en un punto estratégico de creciente relevancia a medida que el deshielo abre vías navegables para el comercio marítimo.

Ya en su primer mandato el líder republicano había demostrado su interés en adquirir la isla, encontrándose con el rechazo del gobierno danés. No obstante, parece que Trump no descartó la idea y habría instruído a quienes serán sus funcionarios para explorar alternativas a través de las cuales aumentar la integración con Groenlandia, como un Pacto de Libre Asociación en caso de que la isla se vuelva completamente independiente de Dinamarca.

Un Pacto de Libre Asociación (conocido como COFA por sus siglas en inglés) es el instrumento normativo a través del cual Washington regula sus relaciones con tres estados insulares del Pacífico; Micronesia, las Islas Marshall y Palau. El COFA supone un grado extremadamente alto de integración económica entre Estados Unidos y el otro Estado firmante, que conserva su independencia. Asimismo, le permite a Washington desplegar fuerzas armadas en el territorio (prácticamente se hace cargo de la defensa del país que firma el COFA).