Este domingo, dos terroristas detonaron un explosivo frente al Ministerio de Interior en la capital de Turquía, Ankara. Se trata del primer ataque de este tipo que tiene lugar en la capital turca desde 2016. Cabe resaltar que una segunda explosión fue frustrada por fuerzas de seguridad turcas en Ankara.
El video de las cámaras de seguridad muestran cómo uno de los atacantes es envuelto en su explosión mientras el otro es “neutralizado” por las fuerzas de seguridad turcas. Ambos terroristas fallecieron, y tan solo dos oficiales resultaron levemente heridos.
En esta ocasión, el Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK), por el medio de comunicación ANF News, se responsabilizó por el atentado. “Un equipo de nuestra Brigada Inmortal llevó a cabo una acción de sacrificio contra el Ministerio del Interior turco“, dijeron desde el PKK.
El PKK, catalogado como una organización terrorista por Turquía, la Unión Europea y los Estados Unidos, comenzó sus actividades de insurgencia en 1984 contra el Estado turco en las provincias del sureste, donde reside la vasta mayoría de la población kurda. El objetivo del PKK ha sido crear un Estado kurdo socialista independiente en un territorio que reclama como Kurdistán, que atravesaría partes de Turquía, Siria, Irak e Irán.
Actualmente, los kurdos controlan una región autónoma en el norte de Irak reconocida por el estado iraquí, además del ROJAVA en el norte de Siria, el cual se encuentra en conflicto con el gobierno de Bashar al-Assad.
El atentado sucedió horas antes de la reapertura del Parlamento turco luego de un receso de tres meses, donde está pendiente tratar la admisión de Suecia a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) y una posible reforma constitucional.
En este contexto, durante el discurso de la apertura de sesiones del Parlamento, el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, se refirió al atentado como “el último intento” de infligir terror en los turcos. “Aquellos que amenazan la paz y seguridad de los ciudadanos nunca lograron sus metas“, resaltó.
En respuesta, pocas horas después del ataque, el Ministerio de Interior turco anunció que “destruyó” 20 objetivos del PKK a través de bombardeos las bases kurdas en Gara, Hakurk, Metina y Qandil, ubicadas en el norte de Irak, en la región autónoma kurda.
El presidente iraquí, Abdul-Larif Rashid, dijo en una entrevista este lunes con el medio de comunicación estatal saudí Al-Hadath que su país no acepta la presencia turca en la región del Kurdistán y espera dialogar con Turquía para resolver este problema. Todo ello ocurre a medida que se desarrollan las conversaciones para continuar la actividad del gasoducto que conecta su región Kurda con Turquía.
Además, la policía antiterrorista de Turquía ha detenido a 20 personas en redadas dirigidas a sospechosos vinculados al PKK, fundamentalmente, en Estambul, confirmó el lunes el ministro del Interior, Ali Yerlikaya.
Antony Blinken, secretario de Estado de los Estados Unidos, publicó en X que “Estados Unidos condena el ataque de hoy contra el Ministerio del Interior turco en Ankara. Deseamos a los heridos una pronta recuperación. Rechazamos el terrorismo en todas sus formas y apoyamos firmemente a nuestro aliado de la OTAN Türkiye y al pueblo turco“.
Por último, el secretario general de la OTAN, Jens Stoltenberg, también posteó en su cuenta del X que “La OTAN se solidariza con Turquía en la lucha contra el terrorismo“, deseando a los policías heridos una recuperación rápida.