Momentos de tensión se viven en Bolivia esta última semana, sumado a una grave situación económica, signada por la escasez de combustible y dólares ante la caída de las ventas de gas al exterior y el declive de la producción por falta de inversión.
El país andino redujo las importaciones de combustible que distribuye a precio subsidiado, lo que sumado a la devaluación del peso boliviano, generó una crisis en la cual Evo Morales ve una oportunidad para volver al poder.
Tras el quinto día de movilizaciones en contra el gobierno de Luis Arce, Evo Morales, expresidente y líder del Movimiento al Socialismo (MAS), le dio un ultimátum al primer mandatario para que modifique su gabinete de ministros si quiere terminar su gestión.
El objetivo principal de Morales es conseguir la habilitación para competir en las elecciones de 2025 a pesar de tener una prohibición constitucional.
A finales del año pasado, un tribunal superior falló en contra del expresidente, argumentando que la Constitución de Bolivia permite únicamente una reelección consecutiva. Sin embargo, el exmandatario afirma que está habilitado para presentarse nuevamente, dado que ya transcurrió un período presidencial desde que abandonó el cargo.
La acción convocada desde el martes pasado a la que denominaron “Para salvar a Bolivia”, comenzó en Caracollo, región de Oruro, y pasó por diversos puntos. El sábado, los seguidores de Evo Morales siguieron su marcha desde Ayo Ayo ingresando el lunes a la Paz, en medio de un clima de tensión y expectativas donde el ex presidente manifestó que se trata de una respuesta al descontento del pueblo hacia el gobierno, que no hace nada para solucionar la crisis. Sin embargo, desde el oficialismo, lo acusaron de intento de golpe de Estado para lograr que Andrónico Rodríguez (actual presidente de la Cámara de Senadores de Bolivia, vicepresidente de las Seis Federaciones Cocaleras del Trópico de Cochabamba y cercano al expresidente), habilite la candidatura de Evo Morales para los comicios del año entrante.
Por su parte, la Ministro de la Presidencia, María Nela Prada remarco que Evo solo quiere un enfrentamiento entre hermanos bolivianos llevando a una situación de conflictividad, de convulsión, que puede cobrarse vidas.
Este lunes miles de manifestantes mineros y de sectores indígenas seguidores de Evo Morales se congregaron en la plaza Murillo de La Paz donde el expresidente pronunció un discurso y le dio un plazo de 24 horas al presidente Luis Arce, para que cambie a sus ministros, acusándolos de narcos, corruptos, racistas y facistas, y de haber contratado a un grupo de choque con el fin de humillar al pueblo boliviano, aseveró el expresidente.
Asimismo, acuso al actual gobierno de plantear políticas neoliberales, culpando a uno de sus ministros de haberle pedido a las panificadoras que compren la harina de Estados Unidos y Canadá con 0% de arancel. Exigió que recuperasen la revolución democrática y cultural, se declaró en contra de la eliminación de cuatro ministerios y señaló que las políticas neoliberales implementadas solo hunden la economía. Del mismo modo, afirmó que se equivocó al nombrar a Luis Arce como presidente de Bolivia ya que el propósito era recuperar la democracia y vencer la corrupción.
Tras la finalización del cabildo de Evo se vivieron momentos de tensión, al registrarse enfrentamientos entre evistas y arcistas, en los que una persona resultó herida.
Ante estos acontecimientos, el Ministro de Defensa, Edmundo Novillo denunció que un grupo violento que formaba parte de la marcha de Morales fue el responsable de los destrozos, lanzando piedras para posteriormente darse a la fuga.
Tras la intervención de la policía departamental en La Paz se recuperaron las avenidas que se encontraban tomadas, y se procedió al arresto de una persona.
Si bien el actual presidente de Bolivia y Evo Morales pertenecen al mismo partido político, ambos están distanciados desde finales de 2021 por diferencias sobre la administración del Estado y por disputas en torno al liderazgo del partido -MAS – en donde facciones que responden a uno u otro, aun no han logrado ponerse de acuerdo.