El miércoles 18 de septiembre, Ecuador experimentó un apagón total de 8 horas, desde las 22:00 hasta las 06:00 del jueves 19. El gobierno ecuatoriano anunció esta medida el domingo 15 de septiembre a través de un comunicado oficial, explicando que se llevaría a cabo un mantenimiento preventivo en las instalaciones del Sistema Nacional de Transmisión y en las redes de distribución de energía eléctrica.
Tras el comunicado, la ministra del Interior, Mónica Palencia, anunció la implementación de un toque de queda que acompañaría las 8 horas del apagón nacional. Palencia explicó que esta medida buscaba garantizar que la población permanezca en sus hogares y reducir los niveles de riesgo. Además, se desplegarían operativos de seguridad para prevenir actos delictivos, en respuesta a la crisis de seguridad que atraviesa el país. LINK:(Ecuador reconoce la existencia de un conflicto armado interno (radaraustral.com)
El comunicado ordenado por el presidente Noboa respondía a decisiones preventivas para enfrentar la crisis y asegurar la soberanía energética a mediano plazo. No obstante, el gobierno ecuatoriano no tardó en informar que los cortes eléctricos serán recurrentes, anunciando que, a partir de la próxima semana, de lunes a jueves, habrá apagones programados a nivel nacional desde las 22:00 hasta las 06:00 del día siguiente.
La mañana del miércoles 18, día del primer corte programado, el ministro de Energía, Antonio Goncalves, aclaró que no todo el país experimentaría el apagón de ocho horas. En las áreas donde operan las distribuidoras eléctricas, los racionamientos podrían ser más cortos, con una duración de hasta cuatro horas.
Desde el gobierno de Ecuador señalan que el país atraviesa una sequía histórica que adelantó el estiaje dos meses (el 72% de la generación de energía en el país es hidráulica). Frente a esto, se anunciaron algunas medidas, como la aceleración de proyectos hidroeléctricos, la compra de energía a países vecinos y campañas con incentivos dirigidos a la ciudadanía y al sector privado.
Sin embargo, más allá de estas soluciones inmediatas, y declaraciones del ministro de Energía sobre posibilidades relacionadas a la geotermia y explotación de gas natural, aún no se ha desarrollado un plan integral concreto que replantee la matriz energética del país, incluyendo la modernización de la infraestructura y la diversificación de fuentes de energía para garantizar la sostenibilidad a largo plazo en un país que cuenta con condiciones naturales suficientes para este fin.
Es evidente que los cortes programados tienen consecuencias directas. La Cámara de Industrias y Producción estima que cada noche de apagón costará 20 millones de dólares, sin incluir las pérdidas en exportaciones, los daños a la producción y el riesgo de deterioro de la confianza en las empresas nacionales.
Apagones en Ecuador: una situación recurrente
La situación energética es un fantasma que ha acompañado a Ecuador por años, y bajo la administración de Noboa, no es la primera vez que el país queda a oscuras debido a esta irresuelta crisis.
En abril, el Ministerio de Energía y Minas anunció cortes programados por sectores durante varias semanas consecutivas. Estos finalizaron en mayo, y el 7 de junio, el entonces ministro de Energía declaró que el riesgo de nuevos cortes programados había desaparecido. Nueve días después, varios sectores de la capital quedaron sin luz, sin previo aviso. Posteriormente, el 7 de septiembre, un apagón total afectó al menos a 14 provincias del país. Dos días después, Noboa anunció que el gobierno cubriría el costo de las planillas de electricidad de hasta 180 kilovatios de consumo durante los meses de diciembre, enero y febrero. Link: https://x.com/Presidencia_Ec/status/1833123605187600472
En octubre del año pasado, el expresidente Guillermo Lasso anunció que se comenzaría a racionar la energía eléctrica debido a la peor sequía de los últimos 50 años. En ese momento, se le acusó de falta de prevención o incluso de negligencia.
A lo largo de más de tres décadas, Ecuador ha enfrentado cuatro crisis energéticas bajo distintos mandatarios. Estas comenzaron en 1992 con Sixto Durán-Ballén, se repitieron en 2009 con Rafael Correa, y continuaron con Lasso y Noboa. A pesar del paso del tiempo, los distintos gobiernos y el avance en tecnología y recursos, la solución al problema energético sigue siendo esquiva, mostrando una falta de evolución en las estrategias para abordar esta crisis persistente.